Noticias Tenerife La natación no previene ni cura la escoliosis “XXIV CONGRESO SOCARMEF” en Lanzarote

La natación no previene ni cura la escoliosis “XXIV CONGRESO SOCARMEF” en Lanzarote

Cerca de 60 médicos rehabilitadores de todas las Islas se reúnen desde hoy jueves hasta el sábado, 7 de abril en el XXIV Congreso de la Sociedad Canaria de Medicina Física y Rehabilitación, que se celebrará en Lanzarote.

Despejar algunos mitos sobre la escoliosis o descubrir las nuevas posibilidades de algunos tratamientos como el de las ondas de choque, ofrecido en la actualidad por la Seguridad Social, serán los principales temas de interés en esta cita anual de los médicos rehabilitares canarios.

El Hospital Dr. José Molina Orosa y el Hotel Costa Calero en Lanzarote acogerán del 5 al 7 de abril el XXIV Congreso de la Sociedad Canaria de Medicina Física y Rehabilitación, un encuentro en el que se darán cita unos 60 médicos rehabilitadores de todas las Islas con el objetivo de debatir sobre cuestiones que afectan al sector y definir líneas de actuación comunes. En concreto, en esta XXIV edición del congreso, se abordarán con especial interés dos temas principales: la escoliosis idiopática y las ondas de choque.

La escoliosis idiopática es un complejo proceso de deformación tridimensional de la columna vertebral y el tórax, de origen multifactorial, que aparece en sujetos aparentemente sanos y puede progresar durante los períodos de crecimiento rápido.

Según la edad de aparición y detección de la escoliosis, se clasifica en infantil (antes de los 3 años), juvenil (entre los 4 y 10 años) y adolescente (después de los 10 años). La Escoliosis Idiopática Adolescente afecta al 3% de la población, precisando tratamiento y seguimiento debido a su empeoramiento y progresión.

Según Ricardo Díaz Polegre, presidente del Comité Organizador del Congreso y médico rehabilitador en el Hospital Dr. José Molina Orosa en Lanzarote, “se nos presenta el problema de que la escoliosis es una patología que llevan muchos especialistas, llegando a participar hasta cuatro médicos diferentes en el seguimiento de un mismo paciente”. Por ello, continuó el Dr. Díaz Polegre, “reclamamos que sea el médico rehabilitador el que se encargue del seguimiento de esta patología”. Así se hace ya en el Hospital Dr. José Molina Orosa de Lanzarote, donde médicos rehabilitadores y traumatólogos han llegado a un consenso para que la escoliosis en adolescentes sea seguida por el médico rehabilitador evitando así duplicidades en revisiones y consultas.

Antiguas creencias sobre la natación

Uno de los objetivos del congreso es acabar con algunos paradigmas ya asumidos como ciertos en la sociedad sobre el tratamiento para la escoliosis. “Una de las ideas que tratamos de desterrar en la opinión pública es que la natación tiene la capacidad de prevenir la aparición de una escoliosis, detener su evolución o curarla”. El presidente del congreso señala que la natación “es en general un buen deporte para la espalda, pero sobre la escoliosis no tiene más acción que cualquier otra práctica deportiva”.

El deporte es de gran importancia en niños en edad de crecimiento y adolescentes, por lo que a pesar de tener una escoliosis pueden practicar el que más les guste, “no tiene por qué ser necesariamente la natación ya que no van a haber resultados diferentes a los de practicar cualquier otro deporte”.

¿Cómo se trata la escoliosis idiopática?

La finalidad del tratamiento es conseguir acabar el crecimiento óseo con un grado de deformidad que no produzca restricción para las actividades de la vida diaria y que no sea progresivo. Esto significa llegar a la maduración ósea con una curvatura que no supere los 45-50º. El tratamiento a aplicar dependerá del grado de deformidad, de la edad del paciente y del grado de maduración ósea.

Por debajo de los 20º deben realizarse controles cada 3-6 meses hasta la maduración ósea, para comprobar si evoluciona y precisa otro tratamiento. El 90% de las curvas escolióticas no sobrepasarán nunca los 20 grados.

Alrededor de los 25-30º en un niño con escasa maduración ósea, hay que vigilar de cerca la evolución porque tiene muchas posibilidades de empeorar. Si lo hace habrá que colocarle un corsé para frenar en lo posible la evolución. Si el niño ya se encuentra a final de la maduración ósea (niñas a partir de 13-14 años o niños a partir de 15-16 años) no es necesario colocar corsé porque la curva ya no evolucionará significativamente. En curvas graves, por encima de 45-50º está indicada la corrección quirúrgica de la deformidad.

Según Ricardo Díaz Polegre: “Los únicos tratamientos que a día de hoy han demostrado frenar la evolución natural de una escoliosis son: la colocación de un corsé y la cirugía cuando la desviación es mayor de 45º”.

Actualización en ondas de choque

El otro tema principal del congreso será el de las ondas de choque, una alternativa en el abordaje del dolor de numerosas lesiones crónicas. Esta técnica se creó inicialmente para tratar los cálculos renales sin tener que someter al paciente a intervención quirúrgica. En la actualidad su uso es cada vez más frecuente en rehabilitación, ortopedia y medicina deportiva por sus buenos resultados obtenidos, sobre todo en lesiones como tendinitis calcificante de hombro, epicondilitis, síndrome del dolor trocantéreo, tendinitis rotuliana, fascitis plantares con o sin espolón calcáneo, retraso en la consolidación de fracturas, fracturas de estrés, úlceras por presión, linfedema o espasticidad,  entre otras.

Según la Dra. Luz Ceila Sáenz, médico rehabilitadora del Hospital Dr. José Molina Orosa, “las ondas de choque buscan una regeneración tisular, es decir, hacen que el propio cuerpo se recupere de lesiones que habitualmente se consideran como patologías crónicas”.

El congreso incluye una taller de aplicación de las ondas de choque en espasticidad, úlceras cutáneas y linfedema además de varias ponencias de actualización sobre la aplicación de este tratamiento en diferentes patologías.

 

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