Noticias Tenerife Adeje restaura el retablo del siglo XVIII dedicado a la Virgen del Rosario

Adeje restaura el retablo del siglo XVIII dedicado a la Virgen del Rosario

La conservación del patrimonio es una de las líneas de trabajo para preservar y poner en valor la historia del pueblo.

Ayuntamiento de Adeje y Cabildo de Tenerife han cofinanciado la restauración del retablo del siglo XVIII dedicado a la Virgen del Rosario y ubicado en la Iglesia matriz del pueblo. El concejal de Patrimonio Histórico Artístico, Juan Desiderio Afonso Ruiz, ha comentado que “para este equipo de gobierno, la conservación del patrimonio ha sido una de las líneas de trabajo para preservar y poner en valor nuestra  historia. Entendemos que sin valorar el pasado no podemos construir un futuro firme y en este sentido, desde hace varias décadas, hemos impulsado la recuperación y restauración de bienes muebles del municipio”.

La inauguración del retablo restaurado tuvo lugar este pasado sábado 1 de diciembre tras un pequeño concierto de música sacra a cargo del Grupo Vocal Reyes Bartlet, especializado desde hace algunos años en música del renacimiento. Durante el concierto, se interpretaron piezas de Francisco de Guerrero, Joan Cererois, Joaquin Des Prez, Cristóbal de Morales, Claudio Monteverdi o Tomás Luis de Victoria, entre otros.

El retablo y su restauración

El retablo barroco de la Virgen del Rosario fue construido en 1.744 por Antonio de Herrera y Ayala, Marqués de Adeje y Conde de la Gomera. Está compuesto por sotobanco, banco y dos cuerpos, realizado con la técnica de talla en madera y policromado al temple a la cola y dorado con oro fino.

Según el informe técnico realizado por un equipo profesional externo bajo la dirección de la restauradora Elisa Campos Dominguez, “la estructura principal del soporte se encontraba en buen estado, sólida y fuerte, salvo alguna moldura inferior, a pie de suelo, que estaba suelta. En el momento de la intervención, no existía presencia de xilófagos de forma activa. Faltaban numerosas piezas y trozos de molduras, fundamentalmente en la zona inferior del retablo. También por esta zona, existían clavos añadidos y grietas en la madera. Tanto la preparación como la policromía presentaban un mal estado”.

En el tratamiento de conservación y restauración,  el equipo encargado de la restauración “devolvió a la obra su estado original, saneando y frenando los procesos de deterioro, sin falsear el original. En primer lugar, se consolidó la policromía y preparación, en las zonas de embolsamiento, pulverulencia y desprendimiento.  En el soporte de madera, se reforzaron las molduras que estaban sueltas y se realizaron talladas en madera todas las piezas y molduras que habían desaparecido, así como los pequeños trozos que se reintegraron con resina. Se eliminó completamente la capa de barniz oxidado que cubría toda la superficie policromada, así como los repintes existentes. Se reintegraron las lagunas de preparación y las faltas de policromía, utilizando colores reversibles e inocuos y completamente discernible del original”.

 

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