En un comunicado emitido por la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC), se expresó el descontento de los agentes de la Guardia Civil respecto a los directores y directoras generales que, según ellos, buscan aprovechar su posición en beneficio político y asegurarse una cómoda jubilación, sin tener en cuenta las necesidades laborales de los miembros del cuerpo.

Según la AEGC, tras la toma de posesión de la señora Mercedes González como Directora General, se le hizo saber que no había tiempo para adaptarse a su nuevo cargo, ya que la Guardia Civil tenía asuntos pendientes de vital importancia para los agentes.

Estas cuestiones incluían la Ley de Personal, la reforma y actualización urgente de la orden general de pabellones, la implementación de turnos de trabajo sin dobletes y la adecuación de la jornada laboral a las 35 horas, algo que ya disfrutan otros cuerpos policiales pero que “se les niega a ellos”, declaran. También se solicitaba la ampliación de plantillas, la mejora en el equipamiento y el cumplimiento total del Acuerdo de Equiparación firmado en 2018.

Según la AEGC, la señora González no tenía excusas para no comenzar a trabajar de inmediato, ya que desde la Delegación de Gobierno de Madrid conocía de primera mano los problemas que afectan a la Benemérita. Sin embargo, en el comunicado se alega que “no ha demostrado ser capaz de trabajar para la institución ni un solo minuto”.

La Directora General abandona su cargo sin haber realizado avances significativos y, según la asociación, ha logrado obtener un puesto en una lista electoral, “a costa de los guardias civiles por los cuales no ha movido ni un dedo”.

Con la renuncia de la señora González, los agentes de la Guardia Civil expresan su preocupación por el nombramiento de un nuevo director o directora que, según anticipan, llegará con el finiquito ya firmado y sin avanzar en las reformas necesarias. Esto implica, según la AEGC, un “tiempo perdido” en un momento crítico en el que se requiere una atención urgente a las necesidades de la institución.

La renuncia de la Directora General y las críticas expresadas por la AEGC evidencian la creciente frustración de los guardias civiles ante la falta de avances en las reformas vitales para su bienestar laboral.

Los agentes esperan que las autoridades competentes tomen medidas con prontitud para abordar los problemas planteados y garanticen el progreso necesario en la Guardia Civil.