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El mejor cosmético para la belleza es la felicidad

La belleza es el esplendor de la verdad

Un artículo, género a medias entre la información, la literatura, el arte, la filosofía, y, otros condimentos, como la sal o azúcar en pequeñas cantidades conforman un plato nuevo. En tiempos de la nueva cocina, que es la materialización en los fogones de la aplicación de las vanguardias artísticas y literarias de los dos siglos anteriores. La gastronomía, como un arte más, lo que ha hecho en estas últimas décadas es materializar con sus ingredientes todas las vanguardias.

Pienso que en el género del artículo periodístico literario o de opinión o personal, también, hay que hacer lo mismo. Y, lo intentaré, en éste, tratando de y sobre la belleza, un artículo de intertexto o hipertexto o de intertextualidad. Ahí, va la faena, le gritan los del foso de las cinco de la tarde a los espadas de las chicuelitas, verónicas, gaoneras, caleserinas…

Wilde nos recordaría que el talento dura más que la bellezaNo porque arrebates una hoja a una flor tomarás su belleza, nos diría Tagore. Todo el mundo habla y siente de lo bello o del buen gusto o de la belleza o de la estética, existe una rama de la filosofía, existen millones o cientos de millones de productos que consideramos bellos, a lo largo del caminar de la historia.

belleza

Consideramos bellos y sublimes paisajes, en los que nos sentimos pequeños, acurrucados en el fragor de lo que somos o hemos sido, anonadados por una enorme montaña, por el desierto inmenso del mar, por… Sentimos la belleza de las personas, que nos atraen de mil modos, sin saber cómo y porqué y por qué.

Platón nos recordaría que la belleza es el esplendor de la verdad. Y, aquí, realidad que ahora con tanto relativismo y materialismo y hedonismo, los relatos múltiples, como si todo y todos fuesen y tuviesen la misma realidad. Hemos olvidado aquello de los trascendentales, que la realidad-verdad y la bondad y la belleza se besan en las noches de los tiempos, en los ojos del futuro y del progreso.

Que no puede existir verdad que no sea bondadosa, y, por ello mismo, con belleza. La belleza de todo lo que existe sea bueno y verídico-verdadero. El Sumo Bien y la Suma Verdad y la Suma Belleza y la Suma Bondad que es la definición del Dios del monoteísmo.

Caminamos con Hume que nos recuerda que la belleza existe y habita en el lagar de la mente-conciencia-carne del que la contempla. Existen, podríamos expresar e indicar tantas bellezas y tipos de bellezas. No hay ningún ente, que no tenga un grado de belleza, porque la realidad está formada por multitud de aspectos que como ente poliédrico forman y conforman lo que somos y en lo que somos y lo que estamos y en lo que estamos. Tenemos que aprender a sentir y contemplar lo bello de las cosas.

belleza Flores

En un tiempo, de tanta desesperanza y angustia y pena que una parte de seres humanos sienten y padecen, ser consciente, que hay que esforzarse en percibir lo bello, que existen miles de realidades bellas, que podemos mirar y contemplar, que son buenas y bondadosas en sí, y verídicas y verdaderas, y, que no nos cobran dólares por ellas, oír una sinfonía, oír una flor como nos habla, oír una mancha de aceite en el suelo formando una estructura geométrica, oír el caminar de un ser viviente que vuela o nada o recorre el espacio, oír lo más profundo de uno mismo. E, irse abriendo a la belleza de uno mismo, que existen muchos tipos de bellezas, y, no solo la de la carne.

Tantos quieren que nos conformemos con lo no-bueno, con lo no-verdadero, con lo no-bello. No debemos aceptar perder esta batalla. Tenemos que luchar en la dialéctica, que existe lo negro y lo gris, lo obscuro y las cavernas negras, pero también el fulgor de lo blanco y el arco iris de mil colores, de mil verdades-bondades-bellezas…

Alejandro Casona en su voz, que se va olvidando, nos recordaría que la belleza es otra forma de bondad. Somos un complejo neurológico, se conforman redes neuronales, es como ahora interpretan el misterio y enigma que arrastramos dentro, que no sabemos-conocemos, que lo soportamos y, nos alegramos con él. Que somos un misterio y un enigma para nosotros mismos.

belleza

Nos hemos inventado-descubierto palabras y en las palabras, pero somos más que palabras, somos ideas e imágenes que difícilmente podemos reducir a palabras, conceptos que no sabemos hasta dónde llegan los vocablos y dónde las imágenes y dónde las ideas. Formamos un guiso de empanada de multitud de realidades dentro de nosotros. Donde afectos y deseos y pulsiones e ideas y percepciones luchan con y contra nosotros y en y en y para nosotros…

Toda la cultura es eso, descifrar algunos caminos de la mente-conciencia-deseos-olvidos, conscientes e inconsciente. La belleza, la gran industria de la belleza, miles de millones en vestidos, en pinturas, en sonidos, en perfumes, en palabras, en miradas, en percepciones…

Todo para encerrar algo de nosotros mismos, algo que denominamos belleza, pero la belleza es la metabelleza, cuándo la hemos definido y descrito en un círculo de palabras, se abre una ventana, y nos plantea otra cuestión.

Este siglo será el descubrimiento del cerebro, y, por tanto, de la belleza y de mil realidades, que ahora expresamos con palabras… Blessington, nos diría “el mejor cosmético para la belleza es la felicidad”, pero habría que preguntarle a la condesa, ¿pero qué es la felicidad?, ¿y, empezaríamos una lucha eterna como con el concepto de la felicidad…?

Jesús Millán Muñoz.

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