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Un corazón verde que riega a La Gomera

El Garajonay cumple esta semana 38 años desde que fuera declarado Parque Nacional por la Unesco.

Un millón personas son las que visitan este paraje natural, ejemplo mundial de la mejor muestra de laurisilva, que seduce a visitantes y a residentes.

El suave sonido del correteo del agua por el serpenteante riachuelo invita a adentrarse en el espesor del monte. El musgo verde intenso abraza los troncos de la tupida laurisilva que dibuja un paisaje de otro tiempo bañado por la bruma que lo envuelve en un halo de misterio. La suave brisa juguetea con las copas de los árboles emitiendo sonidos misteriosos propios de un bosque encantado.

Podría tratarse de una descripción de un cuento fantástico pero lejos de ser producto de una ficción se trata de un paisaje real que se encuentra, además, muy cerca de todos los canarios, en concreto en La Gomera: El Parque Nacional de Garajonay.

Es la joya natural por excelencia de la Isla y los gomeros, conocedores de tal incalculable valor, la atesoran, cuidan y protegen. Su riqueza vegetal y paisajística no pasa desapercibida a los ojos de la comunidad internacional, por lo que la Unesco lo declaró Parque Nacional en 1981 para más tarde, en 1986 incluirlo entre los bienes que forman parte del Patrimonio de la Humanidad.

Esta semana, el Garajonay celebró su 38 aniversario como Parque Nacional, algo que le ha valido para elevar su protección al máximo nivel. Sus más de 5.000 hectáreas de Monteverde canario que se extienden por todos los municipios de la Isla son la mejor muestra conocida del Viejo Mundo, por lo que cuentan con las mejores manos para mimarla y salvaguardarla.

Entre ellas, se encuentran las del equipo que dirige la gestión del parque, quienes dedican su esfuerzo a mantener este paraje único, que recibió el pasado año más de un millón de visitantes, según los datos facilitados desde la dirección de este espacio protegido, lo que lo convierte en el tercer parque de Canarias más visitado, tras el del Teide, en Tenerife y el de Timanfaya, en Lanzarote.

Desde la gerencia del parque explican que no es una tarea fácil, ya que se trata de compaginar el mantenimiento del espacio natural con la afluencia de visitantes, por lo que dedican muchas horas a su protección, con el firme propósito de que puedan seguir disfrutando de este enclave las generaciones futuras.

También califican al parque de joya y en particular de “reliquia”, pues según explican es un “auténtico ejemplo de libro” de lo que significa un ecosistema insular, por la presencia tan marcada de flora y fauna que en su momento mostraron las claves para desvelar las teorías modernas sobre el origen y la evolución de las especies.

Aseguran que con la declaración de Parque Nacional, la conservación de la naturaleza adquiere un mayor protagonismo, que además coincide con la ausencia de la explotación del hombre de este espacio, lo que le permite “cerrar sus heridas” y aumentar su espesor, contribuyendo a un aumento de la fauna con especies emblemáticas como las palomas de laurisilva, que según detallan, se han expandido tras la prohibición de caza, dejando atrás el riesgo de extinción en el que se hallaban.

Por ello, destacan la relevancia que adquiere esta consideración, ya que ha supuesto una protección al medio natural que ha permitido que las cumbres gomeras se mantengan salvajes hasta el día de hoy. Recuerdan una de las épocas más difíciles que vivió este entorno como consecuencia del duro incendio que afectó a una gran parte del parque pero se sienten orgullosos de que, gracias a proyectos como ‘Life Garajonay  Vive’, impulsado por el Cabildo de La Gomera, junto al Gobierno de Canarias, Parque Nacional, ayuntamientos y la ULL, se ha podido llevar a cabo acciones de restauración de los daños ambientales, así como un plan de defensa frente a posibles incendios.

Pero la tarea no cesa, los responsables de los cuidados del parque afirman que se debe continuar con la tarea de recuperación de especies amenazadas, al tiempo que se mejora la prevención y extinción de incendios.

El Parque Nacional de Garajonay y su corazón, el bosque de El Cedro, es el reclamo turístico por excelencia de la Isla. Todos los días, son miles los visitantes que atraídos por una naturaleza única y virgen, se dejan seducir por los encantos de tal exuberante paisaje. De ello, es conocedora Carmen Pulido, que se encuentra al frente de la empresa ‘Gomera en moto’ desde hace seis años. “Sin duda la excursión más demandada por los turistas y locales es al parque”, comenta orgullosa, al tiempo que recuerda que, tal y como le decía su abuela, se trata de una visita obligada pues “si no has ido al Cedro, no has estado en La Gomera”.

A Pulido se le colman los ojos de orgullo gomero al describir el paisaje del Cedro como si de un cuento de hadas se tratara. “Su mágico riachuelo interior, inundado de árboles y vegetación que está intacto, a pesar del paso de los años, nos traslada a un viaje en el tiempo de la época del terciario”, destaca, al tiempo que añade que “es el corazón que riega e ilumina a la Isla”.

Explica que son muchos los turistas que repiten la excursión todos los años y regresan a hacerse fotos con el mismo árbol. “Estos árboles les transmiten mucho”, comenta. Para ella, La Gomera no sería tal sin su parque nacional, por lo que pide que no se le quite ni un ápice de atractivo al lugar y al contrario, que se sigan fomentando visitas que aporten un valor añadido al lugar.

Asegura que los que más demandan este tipo de actividades al aire libre provienen de países del norte de Europa, en concreto de Finlandia, Dinamarca, Noruega, así como de Alemania. “Son turistas que repiten todos los años y que, una vez que lo han conocido, regresan por su cuenta”, comenta. Sin embargo, explica que son muchos los canarios y peninsulares que llegan a la Isla con un gran desconocimiento y suele decantarse por hacer la visita sin guía alguna.

Explica que las excursiones que ofertan se llevan a cabo en grupos reducidos y con un guía que les informa acerca de las singularidades del camino. En coche, en bicicleta eléctrica o en barco son algunos de los transportes que ofrece esta empresa de actividades turísticas para conocer cada uno de los rincones de la Isla, y en especial El Garajonay, aunque Pulido comenta que también son muchos los visitantes que deciden conocer el parque a pie para tener un mayor contacto con el terreno.

 

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