El Cabildo de Tenerife ha presentado este lunes un balance de la ecotasa aplicada al Camino del Barranco de Masca desde su entrada en vigor en julio de 2024. La presidenta insular, Rosa Dávila, dio a conocer los resultados durante una rueda de prensa junto a la consejera de Medio Natural, Blanca Pérez, y el director insular del área, Pedro Millán.
Según los datos ofrecidos, la ecotasa ha permitido una reducción del 76 % en la afluencia de visitantes al sendero, pasando de más de 100.000 personas al año a algo más de 24.000, de las cuales el 95 % son turistas no residentes. “Esta drástica bajada de la presión sobre el sendero ha sido clave para proteger un entorno que, hasta hace poco, sufría una masificación continua y un notable deterioro ecológico”, señaló Dávila.
La presidenta destacó el valor ambiental del enclave y el impacto positivo de la medida: “Masca es un paraje singular, enclavado en un espacio natural de altísimo valor ecológico, integrado en la Red Natura 2000, pero estaba completamente colapsado, y hoy podemos decir que hemos pasado de un entorno colapsado y peligroso a un modelo y un ejemplo de conservación, seguridad y sostenibilidad”.
Dávila enmarcó la ecotasa dentro de los compromisos adoptados en el Debate del Estado de la Isla de 2024. “Anuncié públicamente la implantación de la ecotasa como una de las medidas estructurales para proteger los espacios naturales más sensibles de Tenerife”, recordó. Además, subrayó que “la actuación en Masca representa el cumplimiento de ese compromiso y sienta las bases para futuras iniciativas de conservación que se extenderán a otros enclaves como el Teide, Teno y Anaga”.
Por su parte, Blanca Pérez afirmó que el objetivo principal de la ecotasa “es facilitar la conservación del espacio natural” y detalló que los 652.000 euros recaudados “se han reinvertido directamente en la conservación del barranco, el mantenimiento del sendero, el embarcadero, el Centro de Visitantes y el servicio de guaguas”. También destacó la gestión de especies invasoras, en particular la erradicación de las cañas, “un modelo innovador que se ha exportado a Valle Gran Rey”. Pérez añadió que el propósito es “seguir mejorando en la gestión del espacio, pero siempre bajo los criterios de la conservación y la seguridad de las personas”.
En cuanto a la seguridad, Pérez subrayó una notable mejora respecto a años anteriores. “En años anteriores, el Barranco de Masca era uno de los puntos negros con más rescates de Tenerife, con hasta 20 evacuaciones anuales. Gracias a la regulación, la mejora de la señalización y la presencia de personal de control, se han reducido significativamente las intervenciones”, indicó.
El director insular de Medio Natural, Pedro Millán, se refirió al impacto social y económico de la medida. “Hay 17 puestos de trabajo directos vinculados a la gestión del sendero, el embarcadero, el centro de visitantes y el servicio de transporte que han sido cubiertos, en su mayoría, por residentes del entorno, lo que ha contribuido a fijar población y a dinamizar la economía de pequeños núcleos rurales”. Añadió que los servicios prestados durante la experiencia “no se ofrecen en ningún lugar de España y están al más alto nivel de Europa”.
Regulación del acceso y tarifas
El acceso al sendero del Barranco de Masca está sujeto a reserva previa obligatoria y a un aforo máximo diario de 275 personas. La ecotasa se estructura en función del lugar de residencia: es gratuita para residentes en Tenerife, simbólica para el resto de canarios y con una tarifa diferenciada para visitantes no residentes. Las personas residentes en Canarias abonan 3 euros (adultos) y 1,50 euros (niños), mientras que los visitantes no residentes pagan 28 euros (adultos) y 14 euros (niños), más el IGIC correspondiente.
Desde abril, se ha establecido la obligatoriedad de utilizar transporte colectivo desde Santiago del Teide para realizar el recorrido completo del sendero. Esta medida busca aliviar la carga sobre la carretera TF-436 y minimizar el impacto sobre el caserío de Masca. La salida del sendero se realiza por mar, desde el embarcadero de Masca, también incluida en la reserva y regulada.