Con la crisis todavía muy estancada en nuestra sociedad, las indemnizaciones por despido terminan en nuevas ilusiones convertidas en nuevos empresarios cuya seguridad radica en invertir en franquicias rentables y ser sus propios jefes.
El fenómeno Low cost se cuela en las Gasolineras españolas y empieza a notarse en los precios, una bajada que se lleva esperando muchos años. “Los números salen porque apenas generan gastos” nos señala César Martín que tras entrar en la cola del paro no se lo pensó dos veces en recorrer Madrid con su coche particular y ubicar una buena zona para su negocio de Gasolinera Low Cost.
Las peleas en los precios han existido desde siempre, lo que ahora se acusa es la gran competencia. Ayuntamientos y comunidades aprueban normas y mociones contra estas prácticas de las estaciones de servicio, pero la ley está de su parte y se incrementa día a día su número.
Y es que el consumidor no habitual no lo nota y le da igual repostar en Repsol o Cepsa que en estas gasolineras, pero el que está habituado al coche lo nota y mucho.
Los servicios de repostaje de siempre señalan la calidad como su mayor aliado y factor diferenciador pero el combustible es exactamente el mismo que venden en las Gasolineras Low Cost. ¿De dónde sacan el beneficio?
La pregunta tiene fácil respuesta, del aspecto minimalista, poco personal y todo automatizado. El margen que deja el carburante no da para mucho, lo justo para vivir.
También la crisis nos deja la cara opuesta de la moneda, los hijos de la crisis. Para salvar un centro de lavado de coches se invirtió en gasolineras automatizadas y al fin pudo sobrevivir, tan solo un número reducido de centros se podía salvar y aprovecharon una modificación legal en 2009 para ampliar sus instalaciones.
La oposición a las instalaciones de este tipo de repostaje en cualquier lugar no es un hecho, mucho suelo industrial y normas de los ayuntamientos dejan a medias la expansión de las Gasolineras Low Cost.
Asociaciones de estaciones de servicio, no dan empleo es uno de los puntos de los que más se quejan asociaciones recién creadas como Plataforma de Gasolineras Atendidas y Seguras que se reunieron con diputados del congreso trasladando sus inquietudes también respecto a seguridad y automatización.
Sindicatos y asociaciones de consumidores están en contra de las low cost, el debate de la robotización es más potente en este sector. Se pone de especial manifiesto porque no hay barreras geográficas y como decíamos, la competencia es brutal.
Muchos ayuntamientos han ido aprobando legislaciones contra gasolineras desatendidas, se escudan en defender un empleo que dejó de existir hace 20 años con lo que las gasolineras tradicionales bajaron el precio, pero de eso ya no se acuerdan. Las Low Cost por lo menos ya anuncian como transparencia sus precios y sus políticas, sin escudos ni excusas.
El precio de esta Gasolinera Low Cost ronda los 250.000 euros, el abaratamiento de la construcción llave en mano facilita enormemente la tarea al empresario mientras tenga las licencias del ayuntamiento.
Una obra civil sencilla que dependerá de los surtidores que quiera poner y el tipo de productos. Pero hay que tener cautela, un boom de este tipo de negocio y los precios dejarán de ser competitivos e incluso rentables.
Lo principal para que el negocio prospere es la ubicación, se nota a la legua quién monta únicamente una estación como autoempleo y quién quiere hacerlo de forma más profesional.
El tiempo determinará si este modelo de negocio subsistirá o si es una burbuja, muchas gasolineras tradicionales tendrán igualmente que capear el temporal.