Noticias Tenerife Óscar Izquierdo: “El sheriff y su ayudante”

- Publicidad -

Óscar Izquierdo: “El sheriff y su ayudante”

En los Estados Unidos y en ciertas regiones o condados británicos, es el representante de la justicia, que se encarga de hacer cumplir la ley. De todos es conocida su imagen a través de las películas del oeste americano, siempre era el implacable defensor de la tranquilidad en el pueblo correspondiente.

Actores famosísimos, a lo largo de la historia, han interpretado magistralmente magnificas películas, protagonizando escenas que se han quedado como recuerdo de un cine entretenido.

También está la parte opuesta, el llamado Spaghetti Western, el subgénero que surgió en la década de los 60 del siglo pasado en algunos países europeos, sobre todo en Italia, por eso se denomina así y también en España, donde se realizaban películas cual cadena de montaje en una fábrica de coches.

Tenían bajo presupuesto, con una estética altamente mejorable y unos personajes como actores  bastantes mediocres, que exageraban en demasía los cánones del autentico género cinematográfico.

Viene este recuerdo por la espantosa y a la vez ignominiosa  reunión mantenida en el despacho Oval de la Casa Blanca en Washington, con la asistencia del presidente de Estados Unidos Donald Trump y el presidente de Ucrania Volodímir Zelenski, además de los acompañantes, que también fueron protagonistas de una nefasta reunión política, encauzada fuera de las pautas de un exquisito protocolo, que es lo que siempre se espera de estos encuentros al más alto nivel.

Donald Trump quiere ser el sheriff no sólo de su país sino del “mundo mundial”, expresión que forma parte del habla coloquial y se usa como recurso humorístico para reforzar la idea que se expresa con lo que tiene significación global.

Lleva poco tiempo ejerciendo y ya se le ve el camino que quiere emprender, abrupto, imponiendo más que proponiendo, ejerciendo de jefe supremo a su manera, por cierto deleznable, cual tirano de pacotilla o matón de barrio.

Sus iniciativas que las cambia de hoy para mañana y al día siguiente dice lo contrario, están creando distorsiones importantes en el comercio internacional, así como en las relaciones internacionales, sobre todo con Europa y sus vecinos, Canadá y México.

Enfrentándose a todos, con imposiciones más que discutibles y dejando de lado el respeto  que tienen que presidir las relaciones políticas entre los pueblos, naciones y estados, practica un cesarismo a su modo, a saber, una forma de ejercer el poder público consistente en concentrarlo en una sola persona, él mismo por supuesto, sinónimo de tiranía, autoritarismo o autocracia, en el país democrático por excelencia. Cruel paradoja, pero peligrosamente real. Su amiguismo con Vladímir Putin, presidente de Rusia, otro cortado por el mismo rasero, demuestra la catadura moral o ética que tienen los dos.

Es normal que los petulantes encuentren afinidades, aparte de los intereses geoestratégicos de cada cual, que por lo que está pasando, no parecen tan distantes, como debería suponerse.

Se olvidan de China, que se ha convertido en una superpotencia mundial, la fabrica del mundo, la dueña del comercio, acaparadora de materias primas y propietaria de partes sensibles tanto en África, como en Iberoamérica.

A los europeos los amedrenta, a los asiáticos los desprecia, sólo se quiere a sí mismo, cual Narciso, figura de la mitología griega, quien era tan hermoso que se enamoró de su propia imagen reflejada en un estanque de agua.

Su ayudante es el vicepresidente J.D. Vance, siempre hay un badulaque, que vino a Europa a darnos lecciones de democracia desde el despotismo más descarado y en la reunión del despacho Oval se inflamó, buscando la caricia de su jefe. Ya el conejo me enriscó la perra. Óscar Izquierdo.

- Publicidad -spot_img

Últimas Noticias

- Publicidad -spot_img

Últimas Noticias

- Publicidad -