ANTONIO PASTOR A.
Por medio de la difusión de las doctrinas de los socialistas utópicos y la vuelta de los liberales desterrados por Fernando VII, se introduce en el país el pensamiento socialista. Generando un cierto culturismo obrero con el Ateneo Catalán y el Fomento de las Artes como exponentes más importantes.
El asociacionismo surge, como un medio de intentar conseguir mejoras de toda índole. Intentos que llevan a tres tipos de sociedades. De previsión, con la idea de aliviar la situación del obrero, bajo el título de <Mutualidades> (Sociedades de Socorros Mutuos).
De producción y consumo, con el fin de construir un sistema más justo, con una mayor producción y mejor calidad, son las <Cooperativas>. Reivindicación profesional <Sindicatos>, en clara lucha contra el sistema capitalista y, dentro de ellos cualquier postura que mejorara la clase obrera.
Desde el 10 de mayo de 1840 se crea en Barcelona un sinfín de sociedades de diferentes profesiones.
Todas ellas pasan por situaciones de tolerancia en unos momentos y, en otros, de prohibición, que se refleja en el Código Penal de 1848, que tipifica los delitos de asociación ilícita y los de alterar el precio de las cosas (encarecer el precio del trabajo o regular sus condiciones).
¿Acaso, la historia, se está repitiendo en el Gremio de Hostelería?
Debemos entender que; dentro de la evolución del régimen político basado en la Constitución monárquica de 1876; se diferencian dos etapas hasta 1885 con Alfonso XIII. Y de 1885 a 1902, con la regencia de María Cristina y La liberalización del sistema, reapareciendo el derecho de asociación, autorizándose las de tipo político, los gremios, las de socorros mutuos y las cooperativas.
En esta segunda etapa aparece la <Unión General de Trabajadores> (UGT) del 12 al 14 de agosto de 1888, a las que acuden 44 sociedades obreras, con el fin de dar al socialismo español una estructura sindical.
En dicho congreso se aprueban los estatutos del sindicato, en los que se marcan ciertos objetivos, entre ellos: Mejorar las condiciones de Trabajo. El derecho a la huelga organizada, recabando de los poderes públicos cuantas leyes favorezcan a los intereses del trabajo tales como jornada legal de ocho horas. Fijación de un salario mínimo, igualdad de salarios para obreros de uno y otro sexo.
¿Se cumplen a día de hoy, estos requisitos? ¡Creo que no!
A partir de 1966, Comisiones Obreras adquiere una situación consolidada y no intermitente, apareciendo su primer documento: <Ante el futuro del sindicalismo>, marcando sus dos líneas de trabajo: lucha por la mejora del contrato de trabajo (salario, jornada, etc.) y, lucha por las libertades sindicales y democráticas.
Desde finales de los años sesenta o comienzos de los setenta, las organizaciones (empresas) con su desarrollo, comienzan a considerar que, no son nada, sin el equipo humano que las hacen funcionar (los trabajadores), y lejos de considerar a su personal como un peligroso pasivo, consideran que es un activo más que revalorizable.
Antes de mi etapa, como Director de Recursos Humanos (RRHH), no sólo reconocíamos, la importancia del capital humano y el peso e importancia que tenía para la empresa, y espero que siga así.
Acaso ha cambiado algo con la crisis, tal vez ¿descontrol, especulación, deterioro de la calidad? Ahora, hay que formarlos, actualizar sus conocimientos, antes de entrar en la fase más crítica que pudiera acontecer en el ámbito laboral, familiar y social, en nuestras Islas, con la implantación de la robótica, potenciando la formación profesional especializada (FP).
*AIPET