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Levantarse cansado…

Hay días, que has dormido mal, que te has levantado varias veces, que te has puesto a leer en la mitad de la noche. Te has vuelto a arropar para intentar dormir. Que vuelves a dormir. Pero no sabemos el porqué y el por qué de esas noches que amanecen un poco grises

Más cansado que cuando ocho o diez horas antes, introdujiste tu carne y mente y alma, entre un bocadillo de sábanas, esperando el descanso. El hombre es un misterio, quizás, emergieron en esa noche sueños que no recuerdas, quizás recuerdos que no recuerdas, algunas luces pequeñas se levantan en tu corazón y alma al amanecer, pero no pones en funcionamiento el castillo de los recuerdos.

Dicen que somos una mezcla de sándwich de consciente e inconsciente con una capa media de semiconsciente. Dicen que las flores nacen de dentro de nosotros, pero no en qué grado del pasado o del presente o de esperanzas/temores del día que vendrá o de los meses. Todos arrastramos como los icebergs, una dimensión que es exterior, que percibimos nosotros claramente, y, los demás, y, otra interior, que siempre está luchando por amanecer, hacerse clara.

Indican que el cerebro o encéfalo o sistema nervioso central siempre está interrelacionando mensajes o conducciones entre neuronas, entre cientos de miles o millones de neuronas. Y, que todos esos viajes o tránsitos la consciencia consciente, el yo consciente, solo capta una parte o una dimensión muy pequeña…

Almudena Grandes, novelista y articulista notable, que la desgracia de la vida, le ha truncado la vida hace unos meses, demasiado joven nos ha dejado sus rayos de palabras y de presencia de colores, aquí mi homenaje. Redactó un artículo que tituló: La memoria en un probador, publicado por el País Semanal, el 15 de agosto del 2010. Que viene a hablar de amores/desamores, que en definitiva, es otro aspecto de la conciencia/insconsciencia, del yo/no-yo, del ser/estar. En definitiva, de las dimensiones conocidas y desconocidas del ser humano.

Por qué y porqué amamos a una persona y no a otra, porqué nos planteamos una vocación y no otra, porqué y por qué de tantos porqués… Somos en nosotros mismos un misterio/enigma, siempre buscando el silencio sonoro, la soledad visitada, el silencio de la soledad, la soledad del silencio –cómo estrategia de entrar en el yo profundo y ser profundo, en el sueño profundo…-. ¡Quizás, todas las filosofías sean solo eso, quizás todos los saberes, solo buscan ese fin/finalidad o uno de ellos…!

Dicen que al final de este siglo XXI, se conocerán grandes claves del cerebro, por lo cual, cientos o miles de cuestiones o preguntas, que llevamos milenios en nuestra conciencia se aclararán, yo, no lo veré, pero supongo que multitud de cuestiones antropológicas, sociológicas, económicas, políticas, culturales, morales, religiosas, espirituales, metafísicas, estéticas, etc., se encontrarán llaves, que nos permitirán, si no responder a todas, si, al menos, a una parte de ellas.

Si esto se produce será un gran cambio de sistema en todas las cuestiones no científicas, en todas las cuestiones de humanidades y de filosofía y de temas conexos. Será un antes y un después… Porque sabremos o tendremos indicios de muchas respuestas. Pero supongo que surgirán nuevas…

Que te pesa tanto en esas mañanas, que pareces un pájaro que no es capaz de volar, ya, incluso los vuelos pequeños, porque todo el interior está removido y revuelto como un magma que quiere emerger, como una mala comida de un dolor de estómago enorme, pero en este caso de todos esos caminos del espíritu o del alma o del yo o de la conciencia o de la psique…

Dicen que pesan los años. Le pesan a las personas que han intentado ser, siempre de buena voluntad, y, llega un tiempo, y, se dan cuenta, que aunque han existido con honestidad y buenas costumbres, han sentido el zarpazo del fracaso en muchas realidades, que todo su existir, siempre ha sido una carrera enorme, pero nunca alcanzaban la meta, que les habría gustado ser o estar, en otras posiciones en el juego del vivir, pero siempre le daban las migajas, que han trabajado/estudiado hasta la saciedad, y, casi siempre, su triunfo han sido unas pequeñas hojas verdes amarillas, ni siquiera corona de laureles pequeños.

Que otros, desde luego han vivido peor, pero que pocos, se han esforzado tanto en ir taladrando piedras que fuesen de colores y bellas. Y, que en tantos ambientes, han quedado como los malos. Merecedores de los fracasos y de las penas…

Pero la realidad se impone, después del rociar agua sobre la piel, después, del degustar energía de distintas formas para caminar, después de arroparse con la ropa oficial del laboreo, tiene que salir al viento de la calle, sonreír a quién se encuentre, e, intentar participar en la parte que le corresponda del deber diario. Olvidar que esa noche ha sido larga, con historias que no recuerdas, que te ha dejado en las grandes preguntas, quién sabe si de Shakespeare o de Tomás de Aquino. O, quizás, ha sido el temor de la inconsciencia, que te avisa que la nueva guerra de Europa, te va a tocar más de lo que deseas y piensas y sientes. Presentires y presentimientos…

Al final, es la incertidumbre del ser humano, la mente/cerebro tiene sus reglas, y, trabaja a su ritmo, y, lo que eres consciente de ella, es muy poca cosa. Quizás, sueñas en refugiarte en un país neutral, sueño que sabes es imposible.

Y, sabes que tendrás que soportar el peso de la historia que te toque soportar. Esperas que la esperanza impere y se materialice. Pero esa noche, esas noches que te levantas más cansado/a que cuando te dormiste, esas noches, son largas y misteriosas y enigmáticas… ¡Y, esos amaneceres y días, hasta la siguiente noche, demasiado largos, con minutos muy largos y extensos…! ¡Paz y bien!. Jesús Millán Muñoz

http://youtube.com/jmmcaminero        © jmm caminero

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