La empresa Canalink, vinculada al Cabildo de Tenerife a través del Instituto Tecnológico de Energías Renovables (ITER), ha completado el proyecto de estudios preliminares para el despliegue de nuevos sistemas de cableado submarino en Canarias. Estos análisis han abarcado ambas provincias canarias, diseñando tres sistemas de cableado de comunicación mediante fibra óptica.
Los dos primeros forman un anillo que conecta las islas de Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote, proporcionando a estas tres islas una conexión redundante. El tercer cableado estudiado está enfocado en las islas de Tenerife, La Gomera, La Palma y El Hierro, que se añadirían al cable actual de Canalink entre Tenerife y La Palma para crear un segundo anillo de conexión redundante en la provincia occidental.
El proyecto, desarrollado entre enero de 2023 y octubre de 2024, ha supuesto una inversión aproximada de 850.000 euros, cofinanciada por la Comisión Europea con una aportación de 413.425 euros. Esta iniciativa es la primera de tres propuestas seleccionadas y cofinanciadas por la Comisión Europea con el objetivo de mejorar la conectividad digital en Canarias, tras la apuesta de Canalink para lograr esta meta.
El consejero de Innovación, Investigación y Desarrollo, Juan José Martínez, ha señalado que “seguimos trabajando para conectar cables submarinos procedentes de América, África y Europa, de tal forma que Tenerife siga siendo un gran nodo de comunicaciones. Estos trabajos consolidan a Canalink como uno de los principales operadores en el Atlántico Medio”.
El proyecto 21-ES-DIG-CANARY-SUBCAB-STD, enmarcado en el programa Connecting Europe Facility (CEF) de la Unión Europea, ha desarrollado un estudio de viabilidad para la implementación de nuevos sistemas de cables submarinos en las islas Canarias.
Este estudio incluye la identificación y selección de los emplazamientos óptimos para anclar la nueva infraestructura en cada ubicación, así como el desarrollo completo de la ruta submarina de los cables. Se han considerado múltiples variables, tales como el impacto en el entorno marino y terrestre, zonas de especial protección, caladeros pesqueros, posibles restos arqueológicos, condiciones ambientales, planeamiento urbanístico y los requisitos para una correcta operación y mantenimiento futuro de una infraestructura diseñada para durar al menos 25 años.
