El Cabildo de Tenerife está llevando a cabo mejoras en los bosques de la región oeste para prevenir incendios forestales. Específicamente, el área de Medio Natural, Sostenibilidad y Seguridad y Emergencias está realizando tareas de gestión de combustible (vegetación que puede arder) con el fin de dificultar la propagación del fuego en caso de un incendio forestal.

Blanca Pérez, consejera de Medio Natural, Sostenibilidad y Seguridad y Emergencias, explica que los trabajos de gestión del combustible “son un tipo de tratamiento selvícola que permiten conseguir cambios importantes en el comportamiento del fuego. Se trata de actuar en determinadas zonas estratégicas, retirando determinada parte del combustible y plantando monteverde, que es más resistente al fuego. Es una labor en la que se viene trabajando desde hace años con el objetivo de mejorar la gestión de los montes”.

En los bosques de la región oeste –La Guancha, Icod de los Vinos, Garachico y El Tanque– los trabajos de gestión del combustible se han centrado en las franjas de bosque público que colindan con bosques privados, donde se han creado franjas de monteverde con pinos muy abiertos, y en las áreas de protección alrededor de áreas recreativas, campamentos y cercanías a los núcleos habitados.

Las tareas han consistido en claras y podas de pinos, roza y desbroce de matorral, resalveo y poda de monteverde (fayas, brezos, acebiños y laureles), saca y astillado de restos y plantación de refuerzo de forma estratégica con fayas.

Con estas tareas se consigue dificultar el avance del fuego mediante una menor carga de combustible, que no haya continuidad entre los combustibles del nivel del suelo y de las copas y que no haya continuidad entre los diámetros de los combustibles. Además, se aumenta la presencia de agua en los combustibles vegetales, lo que dificulta su combustión. Esto se consigue plantando especies de monteverde que contienen más agua y quitando combustible seco y muerto.

La gestión del combustible es un tipo de tratamiento selvícola enfocado a dificultar el avance del fuego en caso de un incendio forestal. Uno de los factores que influyen en la propagación de un incendio es el tipo y disposición de la vegetación, entendida ésta como el combustible que alimenta el incendio.

La gestión del combustible comparte muchas características con los tratamientos selvícolas ordinarios de mejora y se realiza en zonas estratégicas para la defensa de instalaciones e infraestructuras, áreas de alto valor ecológico y en áreas con unas características físicas determinadas -pendiente, orientación, cercanía a pistas y senderos- que permitan organizar un ataque a un incendio en condiciones de seguridad.