En un acontecimiento que ha generado gran atención entre los residentes de Las Galletas, un grupo de 69 migrantes llegó a la playa del mencionado lugar el pasado martes 23 de mayo de 2023. Lo que llamó la atención de la comunidad fue que la embarcación arribó a la costa sin ningún acompañamiento marítimo por parte de las autoridades competentes.
Ante el aviso de varios transeúntes y vecinos del área, la Policía Local de Arona acudió rápidamente al lugar en varios vehículos patrulla. Posteriormente, se presentaron operarios de Cruz Roja y personal sanitario, así como agentes de la Guardia Civil, quienes aseguraron la embarcación en la zona.
Según informaron fuentes policiales, alrededor de las 22:30 horas de ese mismo día, cuando ya había oscurecido, miembros de la Unidad de Prevención Policial de la Policía Local de Arona se acercaron a la embarcación y se percataron de la presencia de dos individuos que llevaban uno de los motores del cayuco a mitad de la playa.
Al notar la presencia de los agentes, los individuos soltaron el motor en la arena y emprendieron la huida aprovechando la oscuridad de la noche. Sin embargo, los agentes los siguieron y descubrieron que estaban escondidos bajo el cayuco para evitar ser vistos.
Al parecer, los individuos ya tenían el otro motor desacoplado y listo para su transporte debajo de la embarcación. Habían desmontado ambos motores con la intención de robarlos. Sus manos llenas de grasa evidenciaban su intención y explicaban su intento de esconderse.
Posteriormente, agentes de la Guardia Civil llegaron al lugar y procedieron a identificar a los dos individuos como S.B.M. y A.D., aparentemente vecinos de San Isidro en Granadilla de Abona, ambos con antecedentes penales. Como resultado de estos hechos, los agentes iniciaron una investigación contra ambos como presuntos autores de un delito de hurto en grado de tentativa.
¿Qué sucedió con el cayuco de Las Galletas?
Fuentes de la Policía Local de Canarias explican que normalmente, los migrantes son rescatados en embarcaciones de salvamento y los cayucos o pateras no llegan directamente a la costa, sino que son hundidos en alta mar para evitar su reutilización.
En el pasado, durante las oleadas de migrantes que afectaron a las islas, tanto las pateras como los cayucos eran incinerados en la costa. Con el hundimiento de la embarcación, se “solucionan” a corto plazo los problemas que estas embarcaciones generan en nuestras islas.
El robo de motores es una práctica habitual y constituye un delito penal. Con frecuencia, estas embarcaciones llegan con uno o varios motores de gran potencia capaces de impulsar la embarcación a pesar del sobrepeso producido por las decenas de personas a bordo. Los residentes en las islas solían “recuperar” estos motores al ver con frecuencia cómo las embarcaciones quedaban varadas en sus playas.
Sin embargo, al llegar a la costa, estas embarcaciones, al no ser reclamadas, son responsabilidad de las autoridades, y apropiarse de sus motores puede suponer, al menos, un delito de hurto, ya que dichos motores tienen un valor superior a los 400 euros.
Precio en negro de las pateras y cayucos
Los cayucos suelen estar equipados con dos motores, generalmente de 40/60 caballos de vapor cada uno, mientras que las pateras suelen tener motores de 15 caballos de vapor. Además, llevan bidones de combustible con capacidad suficiente para travesías que pueden durar hasta 15 días, llegando a alcanzar los 600 litros.
En el mercado de reventa, el precio de un cayuco varía entre los 6.000 y los 12.000 euros, dependiendo de su tamaño. En cuanto a los motores, en el caso de los motores de 15 caballos de vapor, se estima que su valor ronda los 1.800 euros en el mercado negro.
Por su parte, los motores de los cayucos, con potencias que van desde los 40 a los 60 caballos de vapor, pueden alcanzar precios de entre 2.000 y 4.000 euros en el mercado ilegal.
El Cayuco de Las Galletas fue precintado por las autoridades
Por todo lo sucedido, el cayuco que llegó a la playa de Las Galletas el pasado 23 de mayo fue precintado por las autoridades. Tanto la Guardia Civil como la Policía Local de Arona se encargaron de supervisar la embarcación hasta que la autoridad competente se hiciera cargo de ella.