Los dos ancianos de Artenara inauguraron las visitas guiadas del Cabildo destinadas a personas con movilidad reducida.
Doce voluntarios de Senderos sin Barreras los llevaron por Barranco Hondo en una visita salpicada de anécdotas y emoción.
Los octogenarios de Artenara, Heraclio González y Clemente Rodríguez a buen seguro no olvidarán la intensa jornada que les brindo el Cabildo de Gran Canaria este fin de semana, cuando inauguraron las visitas para personas con movilidad reducida y conocieron la magia de Risco Caído, una cueva que les ha acompañado toda la vida sin que supieran el prodigio que alberga cada primavera por herencia de los aborígenes.
El emotivo recorrido efectuado estuvo salpicado de las anécdotas de ambos protagonistas recordando la historia de Barranco Hondo, un lugar en el que cuando eran jóvenes vivían unas dos mil personas con su zapatero y latero. Clemente contaba que llevó una vez “una lechera para que se la remendara el latero”, y Heraclio rememoraba cuando él hacía el camino a caballo. También contaron episodios trágicos como la ocasión en la que se desprendió una roca y mató a una señora.
A pesar de sus andanzas por Barranco Hondo, los visitantes octogenarios nunca habían entrado en ella hasta ahora, así que mostraron su entusiasmo por tener esta oportunidad y con asombro aseguraron que la cueva tenía “mucho trabajo” porque quiénes la picaron en el pasado no lo tuvieron fácil.
Se convirtieron así en los dos primeros inscritos que disfrutaron del programa de visitas guiadas a Risco Caído adaptadas, una acción que cuenta con la colaboración de la Asociación Senderos sin Barreras y del Ayuntamiento de Artenara, que puso a disposición de la actividad un taxi adaptado para el transporte.
Doce porteadores voluntarios de esta asociación trasladaron a primera hora de la mañana en sillas joëlette a los dos octogenarios por el sendero de accesibilidad media-alta que hay que recorrer a pie durante 30 minutos hasta llegar al enclave en el que se encuentra este excepcional yacimiento.
Una vez allí, tanto Heraclio como Clemente pudieron disfrutar de una experiencia única al contemplar el singular fenómeno que se produce en el interior de la cueva número seis, cuando un haz de luz recorre su pared del fondo bañando sus grabados púbicos y orificios.
Aunque Heraclio y Clemente son amigos, hacía mucho tiempo que no se veían. Uno de ellos vive en una residencia en Arucas, mientras que el otro incluso ha participado en un estudio recientemente realizado sobre Risco Caído y Espacios Sagrados de Montaña que recoge la memoria oral de los mayores de las zonas que se encuentran en el ámbito que aspira a ser declarado por la UNESCO Patrimonio Mundial.
Hasta el momento, 72 personas han tenido la oportunidad de vivir esta experiencia mágica desde la apertura de las visitas guiadas programadas por el Cabildo de Gran Canaria para este año, que comenzaron el 5 de mayo y se prolongarán hasta el próximo día 22 de septiembre.
La cueva número seis de Risco Caído es un espacio de planta circular con una cúpula de más de cuatro metros de altura. En su lado este, coincidiendo con el punto más elevado, se abre una claraboya rectangular por la que penetra la luz del sol entre los equinoccios de primavera y otoño, bañando los grabados ubicados en su pared del fondo con un reflejo que, según algunos arqueólogos, asemeja la figura de una mujer embarazada, y es que el significado es que la luz del sol entra para fertilizar a la tierra.
Hay que recordar que Gran Canaria es el lugar del mundo con la mayor concentración de grabaciones de triángulos púbicos prehistóricos del mundo. Estos valores arqueoastronómicos avalan la actual candidatura del Paisaje Cultural de Risco Caído y los Espacios Sagrados de Montaña ante la UNESCO como Patrimonio Mundial, un objetivo por el que el Cabildo grancanario trabaja con intensidad.