Dertycia cuando jugaba al fútbol salía al campo y algunos aficionados decían que era cómo los toros cuando salían a las plazas, refiriéndose a la energía cuando corría y hablando en plata era una amarga vidas de los equipos contrincantes.
Valdano cuando Tenerife jugó contra el Real Madrid incluso puso a Dertycia cerca de Cuma, porque además de ser un marca goles, era una agonía para los delanteros de los demás equipos.
Dertycia realmente no es solamente un jugador de fútbol profesional, es por encima de todo una bellísima persona, un imán, tiene un poder de atracción de buen rollo y transmite buenas energías.
Dertycia puede estar comiendo en cualquier restaurante con sus amigos o familiares más queridos y cuando alguien pide hacerse una foto con él, sin ningún problema se pone en pie y además agradece que quieras hacerte una estampa para el recuerdo.
Por lo pronto estuvo por Tenerife ésta última semana del mes de Abril del dos mil veintitrés y algunos confidentes anónimos de la zona norte están soltando a los cuatro vientos que a lo mejor podría ser entrenador del Club Deportivo Tenerife, pero imaginamos que dicha decisión es especialmente de Don Paulino Rivero, ex presidente del Gobierno de Canarias y ojalá que aparezca nuevamente por las Islas Canarias para dicho menester y nos traiga aire fresco esperanzador.
Jugar de delantero en cualquier equipo de fútbol, es como llevar el timón de un barco o ser responsable de cualquier evento y los delanteros tienen obviamente más oportunidades de marcar los goles.
Dertycia estuvo en el Tenerife durante cuatro años y sin olvidar su tiempo en el Argentina, además de otros equipos sin entrar en detalles y tiene más de cien goles marcados, que se dice fácil.
Confieso que no soy un forofo del fútbol, pero si soy un interesado de los jugadores que han dejado huella y Dertycia es más que un jugador, es historia, es una persona carismática y maravillosa muy querida, de los que todos tenemos obligación de seguir su ejemplo.
Estimado lector, gracias por regalar un poco de tiempo leyendo, el tesoro más valioso del Ser humano, el tiempo pasa y jamás volverá. Juan Santana.