Existen una variedad sinfónica de cocidos en la Península Ibérica, con distintos nombres, también influidos por las lenguas. Pero los cocidos, posiblemente, con los asados, sean las formas de preparar las comidas, de guisarlas o cocinarlas más antiguas. Solo se necesita agua, cierto es, un recipiente que soporte el calor y el fuego.
Dicen, algunos prehistoriadotes, que quizás, al principio lo cocido o cocidos con agua fue en cuencos formados por pieles, donde se echaba agua, y, dentro del agua todo lo que se recogiese en aquel día, se insertaban piedras calientes, que dan calor, que cuecen, pero que no queman las pieles. Hasta que hace unos milenios, en el neolítico, se inventó el cuenco de cerámica, que debió constituir de sí y por sí, una enorme revolución.
Al y el cocido se puede hacer con distintas bases de legumbres. El cocido típico es con garbanzos. Pero todas las legumbres o semejantes que los humanos hayan podido descubrir en la naturaleza, y, hayan domesticado de alguna manera, podría ser la base de diversos cocidos. Digamos, hagamos el experimento mental, pero que podría ser una base de un concurso o de un experimento: Cocido con base en garbanzos y el resto de carnes semejante, pero también con judías, o con guisantes o con lentejas o soja… Se dice por los botánicos que la familia de las leguminosas, las especies son casi veinte mil…
Se habla de que hace diez milenios en Mesopotamia ya se recolectaba lentejas y guisantes… Se calcula que para la mitad del siglo veinte, el que respiramos, la población mundial aumentará hasta nueve mil setecientos millones de personas. Por tanto, la variedad de platos con leguminosas, crear nuevas recetas, nuevos ingredientes de estas especies para insertar de una cultura a otra, puede ser un elemento importante, en todo el arado y la sinfonía para poder que toda la población mundial se alimente.
Meta y fin y finalidad y motivo y causa que hay que abordar como los piratas conquistan barcos ajenos, con distintas técnicas y utensilios e ideas. La variedad de las leguminosas que nos pueden ofrecer, podría ser un elemento esencial. Aconsejar a las grandes superficies de hipermercados y a los importadores de alimentos que empiecen a traer tipos de leguminosas de otros lugares del mundo. Para crear variedad en los guisos de unas culturas y de otras…
Los grandes comunicadores de la cocina, que se mueven, no hay cadena televisiva que no tenga un programa, diario o semanal de platos y recetas y comidas. No solo está el genio de la cocina, Arguiñano, sino existen muchos, que intentan planear variedad de platos, con precios asequibles, con ingredientes sencillos y fáciles de compraventa, y, con variedades en colores, formas y sabores. Quizás, jamás al menos en Europa se ha podido aprender y aprehender tal variedad de alimentos en las mesas, de la generalidad de la población.
Las televisiones, también otros medios de comunicación han creado el milagro de la variedad de alimentos en los fogones, y, la variedad de los platos concretos o guisos de todas las clases. Simplemente, con mostrar lo que se hace en una zona de un territorio para el resto… Indico esta característica, porque no somos conscientes muchas veces, el salto cualitativo que se ha dado en el siglo veinte, y, especialmente, en la segunda mitad de éste en este tema, y ahora, hacia una enorme riqueza cultural gastronómica.
En esta serie por los fogones y cocinas que estoy realizando, más bien desde puntos de visto culturales y filosóficos, no cuento recetas y cómo se hacen, en la galaxia Internet, existen a cientos, ni tampoco genialidades nuevas de las nuevas cocinas, que son al fin de cuenta, llevar más lejos las comidas típicas de siglos, es aplicar las vanguardias de las artes a la comida, cosa que era necesaria, porque para mi modesto entender y comprender, la gastronomía es un arte, un arte hibrido, pero semejante, en muchos sentidos al arte plástico o al literario o al musical. Tiene ingredientes de todos y tiene sus especificidades.
Sino que narro desde el articulismo de opinión, un subgénero del periodismo y de la literatura, narro aspectos, al menos hasta ahora, de la comida típica y popular, algunas veces, inserto algo de sociología o psicología o teología o cultura de los alimentos. De alguna manera, estamos caminando por esas sendas de la interpretación del mundo, que eso es lo que hace el ser humano y eso es lo que hace la cultura…
No narramos aquí, situar una base con garbanzos cocidos, formando una especie de cuadrado, en el fondo del plato, y, en un lado poner un trozo de carne, en el otro, un trozo de chorizo, en el otro una pequeña verdura, y, en el otro, un trozo de patata. Esto sería, uno de los platos posibles de la gastronomía nueva. Podría hacer e inventar y redactar posibilidades de nuevas recetas. Ésta sería una variedad del cocido y cocido de garbanzos y cocido maragato. Sino que me fijo en lo tradicional, eso que está en el inconsciente colectivo de cientos de personas, de miles de personas, que se ha ido progresando y evolucionando a lo largo de siglos o generaciones. Porque todo cambia, incluso las comidas populares…
Hace ya más de cuatro décadas y algo, mis huesos de joven, pasó por aquella comarca de Astorga, de la maragatería, por obligaciones hacia el Estado, en forma de milicia obligatoria. Ha pasado ya mucho tiempo. En aquellos meses se abría la vida de adulto, después, de pasar las fases anteriores. Ahora, en el recuerdo, se cierra un periodo, y se está abriendo el de la tercera edad. Se va percibiendo y analizando la vida con otros matices, preparándome para el Gran Viaje, que vendrá a más tardar o a poco tardar…
Y, la comida es una parte de la vida, de otra manera y de otra forma. El cocido y el cocido de garbanzos y el cocido maragato es uno de los tesoros culturales del ser humano. Un tesoro de la humanidad. Un tesoro para la humanidad. En esas jornadas del cocido que hay en esta Piel de Toro, sugiero que alguna vez, hagan un concurso o puesta en escena de todos los posibles cocidos que existen en el mundo con garbanzos…
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