Noticias Tenerife Jesús Millán Muñoz | La paradoja de Epicuro y el dilema de Job, I

Jesús Millán Muñoz | La paradoja de Epicuro y el dilema de Job, I

Lactancio atribuye a Epicuro (341. A.C., Samos, 270 A.C., Atenas) el llamado problema del mal, o dicho de otro modo, si existe un Dios Omnipotente, Omnisciente, Omnibondadoso como tolera el mal y la maldad.

En definitiva, aunque a lo largo de los siglos se ha planteado de diversos modos, en definitiva, no solo se analizan problemas éticos y morales, ni solo teológicos o metafísicos o espirituales, sino en definitiva, la existencia de Dios, es de alguna manera, se pretende la demostración de la no-existencia de Dios, al menos de ese Dios, omnipotente, omnibondadoso, omnisciente, etc., porque si Dios, se dice es todo esas cosas, cómo es que tolera el mal.

1º ¿Acaso Dios no es capaz de resolver o prevenir el problema del mal? Por tanto, no es omnisciente, ni omnipotente, porque no lo evita.

2º ¿Es capaz, lo conoce, lo prevé, pero no desea-quiere hacerlo? Entonces no es omnibondadoso.

3º ¿Es omnipotente y es omnibondadoso, entonces de dónde surge el mal y la maldad?

4º ¿Es que no es capaz y no desea hacerlo? Entonces Dios ni es omnipotente, ni es omnibondadoso, ni es omnisciente. Por consecuencia, se deduce e induce, ergo, dirían los antiguos, por consecuencia, Dios, ese Dios Providente de las grandes religiones y filosofías monoteístas no existe.

El esquema básico anterior, que se le denomina tradicionalmente paradoja de Epicuro, se ha replanteado de mil modos, durantes siglos. Que a su vez, diríamos es una variedad o replanteamiento del problema o del dilema o de la paradoja de Job. Es decir, como la bondad-bien, en este caso de Job, le sucede el mal. Que en su forma negativa, algunos lo plantean, ¿cómo persona que son malvadas o malas, que tienen mayor grado de maldad, parece que en la vida les va mejor, que personas, sin ser perfectas son buenas o bondadosas…?

No cabe duda, que replantear mínimamente, estos dos dilemas o paradojas que se interrelacionan, diríamos expresadas de distinto modo, o una cara y otra cruz, es o sería una cuestión que supera la extensión de un mínimo artículo. Por tanto, a quién se interese, le invito a leer, sobre este tema, y pensar-meditar-reflexionar, la complejidad de esta cuestión.

Empezaremos con el problema de Job, solo planteándolo con una simple pincelada, “la apariencia de que el malvado vive-existe mejor que la persona bondadosa-buena moral y espiritualmente es un error de percepción-concepción”. Porque los males que sufra un malvado, no los conocemos desde fuera. Como diríamos hito, un santo o santa canonizada por el cristianismo, ha y es y ha sido más feliz en la vida, incluso con todos los sacrificios-penas-angustias-sufrimientos que haya superado durante toda su existencia, que “el mayor malvado, con todo el poder y placeres que haya sido capaz de almacenar-conservar”. Véanse las diferencias de vida, e induzca la felicidad de grandes tiranos de la historia y de grandes santos o santas del cristianismo.

– Se suele plantear esta paradoja de Epicuro en dos dimensiones, lo que se denomina el problema del mal en cuanto racional-lógico-conceptual, por lo cual, se demostraría la contradicción de que un Ser tenga esos tres atributos en grado sumo, que antes hemos indicado, y al mismo tiempo, y por tanto, la existencia del mal, y, en algunos casos del mal radical, por lo cual se concluye que Dios no existe, o al menos, no existe con esos atributos, de omnisciente, omnipotente, omnibondadoso u omnibenevolente…

El segundo planteamiento o dimensión sería planteado desde el problema del mal moral o el mal ético, es decir, si existe el mal moral, en multitud de maneras y formas, entonces, se induce, de que no existe Dios, porque dios no lo remedia, no ha previsto remediar el mal o la maldad, existente en el mundo (mal de la naturaleza u ontológica, mal moral del ser humano…).

Algunos, desde Darwin, plantearía, lo que se ha denominado el “mal que sufren los animales”, que se puede plantear de muchas maneras, pero una, es la existencia de millones o docenas de millones de especies vivas, a lo largo de los millones de años, con cientos o miles de millones de seres humanos sufriendo males-sufrimientos-angustias, porque todo ser viviente, sufre y se alegra, sea un perro o sea un elefante o sea un hominido o sea un mono o sea el ser humano. Por lo cual, también se “plantea indirecta la no providencia del Dios del monoteísmo sobre sus criaturas, y, por tanto, la contradicción de los grandes valores antesdichos con la existencia de un Ser Supremo…

Por: Jesús Millán Muñoz.

http://www.facebook.com/cuadernossoliloquiosjmm © jmm caminero.

 

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