En respuesta al incendio que tuvo lugar en Arafo el 15 de agosto, el Colegio Oficial de Psicología de Santa Cruz de Tenerife ha desplegado su Grupo de Intervención de Emergencias y Catástrofes (GIPEC) para atender a más de 300 personas afectadas por este desastre.
Encabezados por la decana del Colegio, Carmen Linares, un equipo compuesto por 60 psicólogos se ha movilizado y distribuido en diversos pabellones habilitados en toda la isla para proporcionar asistencia emocional y psicológica a los desplazados como resultado del incendio.
La decana, Carmen Linares, resalta la importancia del apoyo psicológico en momentos como estos, cuando la conmoción generada por el incendio y la incertidumbre sobre el futuro provocan que muchos de los afectados se sientan desorientados ante la magnitud de la situación.
Linares también señala que la mayoría de las personas afectadas que acudieron a los pabellones inicialmente presentaban niveles elevados de ansiedad y una necesidad apremiante de expresar sus emociones. Por esta razón, todos los profesionales del Colegio Oficial de Psicología brindaron un acompañamiento cercano y profesional en los distintos pabellones habilitados.
Tamara Cabrera, secretaria del Colegio Oficial de Psicología de Santa Cruz de Tenerife y coordinadora de la intervención, destaca la significativa cantidad de voluntarios y personas afectadas que han sido atendidos. Esta situación resalta la importancia crucial de contar con acceso a atención psicológica en situaciones de emergencia o catástrofes de esta envergadura.
La atención proporcionada se ha enfocado en la escucha activa y la asistencia psicológica, brindando a las personas tratadas herramientas para enfrentar crisis de ansiedad, pensamientos negativos anticipatorios y la resolución de conflictos, entre otros aspectos fundamentales para su bienestar.
Además, durante los primeros días del incendio, el Colegio Oficial de Psicología de Santa Cruz de Tenerife también estableció líneas telefónicas de ayuda para ofrecer apoyo psicológico a aquellos afectados que, en lugar de ser evacuados, se vieron obligados a permanecer en sus hogares.