Marián Franquet, como consejera socialista, ha manifestado su inquietud debido a que el tiempo necesario para la transición de las plazas sociosanitarias (las cuales están destinadas principalmente a personas mayores y dependientes) en los centros de la isla de Tenerife ha aumentado. De acuerdo con Franquet, este periodo de transición se ha cuadruplicado, pasando de una semana en promedio a cuatro semanas. Estos centros están bajo la administración del Instituto de Atención Social y Sociosanitaria (IASS), una entidad del Cabildo de Tenerife.
Franquet ha decidido llevar este problema a la Comisión Plenaria de Acción Social del Cabildo, que se reunirá esta semana.
Según ella, “esto significa que las plazas en los centros de mayores pasan más tiempo sin ser ocupadas, a pesar de que la lista de espera se sitúa ya en torno a 3.000 personas y no deja de crecer”. La consejera señala que los mayores que ocupan una cama hospitalaria, cuando en realidad necesitan una plaza sociosanitaria, son una prioridad en la lista de espera.
Este retraso en la gestión del IASS es -según Franquet- uno de los factores que explican por qué una de cada diez plazas en los hospitales de Tenerife se destina a personas que no necesitan este tipo de recurso.
Franquet explica: “Tenemos residencias cerradas -como en el caso de La Victoria– mientras hay gente en la lista de espera u ocupando una plaza en los hospitales que se necesitan para atender a personas que necesitan ser operadas. Todo ello porque el propio IASS no tiene control sobre su gestión, debido a que el sistema está bloqueado”.
La edil recuerda que la lista de espera quirúrgica de los cuatro hospitales de Tenerife es la más larga de todas las Islas Canarias, con el 51% de todas las demoras. Este problema se agrava por la falta de plazas disponibles. Actualmente, alrededor de 700 personas con necesidades sociosanitarias ocupan una cama sanitaria.
Franquet recuerda que, durante el mandato anterior, se implementaron recursos del Cabildo para las personas que recibían el alta hospitalaria pero necesitaban atención sociosanitaria. En particular, mencionó el proyecto Roble, en Santa Cruz de Tenerife, que, con la ayuda de la Cruz Roja, atiende a personas sin hogar que han sido dadas de alta del hospital pero necesitan un lugar para convalecer.
