El Consistorio de Güímar ha dado a conocer un análisis sobre la situación del rabo de gato en su jurisdicción, con el propósito de entender la prevalencia actual de esta especie en distintas áreas de su territorio. Este proyecto, impulsado por el departamento de Desarrollo Rural y Agricultura, busca implementar un plan de acción local para el manejo de la especie Pennisetum setaceum (Rabo de Gato).
La edil de Desarrollo Rural, Nayra Caraballero, informa que “una vez finalizados los trabajos se ha elaborado un informe en el que se recoge el grado de afectación de la especie, las amenazas que representa para determinadas zonas del término municipal y las posibles acciones a poner en marcha en el corto, medio y largo plazo para mejorar la situación”.
Durante las sesiones de divulgación del estudio, se presentaron los hallazgos tanto al personal del ayuntamiento como a otras organizaciones que operan en la localidad. “En la jornada de tarde también pudimos dar traslado de las conclusiones a la ciudadanía y recoger propuestas para establecer en el plan de actuación”, resalta la concejala.
El análisis se llevó a cabo entre febrero y abril de 2024, realizándose trabajos para “conocer la situación actual de la especie en diferentes ubicaciones del término municipal, determinar los puntos de mayor vulnerabilidad y que requieren mayor atención, así como identificar factores que puedan estar contribuyendo a su rápida propagación”, enfatizan desde el departamento de Desarrollo Rural del Ayuntamiento de Güímar.
Caraballero indica que “la iniciativa de realizar este diagnóstico responde a la voluntad de regular el avance de esta especie invasora y limitar su grado de afectación a zonas de interés natural en el municipio”. La edil añade que “contar con un diagnóstico permitirá priorizar las actuaciones y definir una estrategia de trabajo orientada a frenar la propagación de una especie con gran capacidad reproductiva y que se adapta fácilmente a diversos ambientes”.
Alta presencia de rabo de gato en Güímar
Entre otros aspectos, el estudio señala que la especie Pennisetum setaceum tiene una presencia bastante notable en Güímar, “siendo posible observar desde el nivel del mar y hasta cotas cercanas a los 700 metros, lo cual representa una distribución amplia”.
Las áreas que muestran una mayor presencia de la especie se localizan principalmente en terrenos baldíos y huertos abandonados, así como en los bordes de las carreteras que funcionan como “corredores de propagación de la especie” según indica el informe. “Controlar el crecimiento de poblaciones en estos entornos puede determinar una mejora directa en la situación de partida”, destaca Nayra Caraballero.
Otro aspecto que se confirma es la tendencia ascendente del rabo de gato en Güímar. “En los puntos de observación en los que se ha estudiado la evolución de la misma se aprecia una mayor presencia en la actualidad”.
La concejala de Desarrollo Rural sugiere que la presencia de la especie en Espacios Naturales Protegidos como el Paisaje Protegido de Siete Lomas, el Monumento Natural del Barranco de Erques, o la Reserva Natural Especial del Mapaís de Güímar, así como la proximidad de poblaciones de la especie a estos lugares, “representan un desafío de conservación que debe situarse como una acción prioritaria en cuanto a las medidas de actuación”.
Nayra Caraballero concluye que “una vez conocido el diagnóstico, lo que toca a partir de ahora es el diseño de un plan de acción enfocado a la investigación y mejor conocimiento de la especie, a programar actividades de formación y educación ambiental, a generar programas de voluntariado y participación ciudadana relacionados con el control de la especie y a coordinar recursos y cuadrillas que trabajen directamente en la eliminación de la especie”.