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Un simulacro muy real

Quince estudiantes de audiovisuales filman y presentan contra reloj tres cortos documentales durante el festival MiradasDoc como parte de su aprendizaje.

Como en años anteriores, uno de los platos fuertes del XI Festival y Mercado Internacional de Cine Documental de Guía de Isora MiradasDoc es la formación. Y, dentro de ella, el programa DocExprés resulta uno de los más atractivos, pues su objetivo es lograr que quince alumnos de la rama de audiovisual de Formación Profesional de segundo ciclo de Tenerife y Gran Canaria ideen, filmen, editen y presenten tres cortos documentales sobre otros tantos temas que les son adjudicados por la dirección del festival.

Para ello, los jóvenes se dividen en tres equipos, pertenecientes a otros tantos institutos de FP. Su tarea consiste en producir contra reloj, durante el tiempo que dura el festival, sendos documentales de unos diez minutos de duración. Los jóvenes vienen del IES La Guancha, el César Manrique, de Santa Cruz de Tenerife, y el Instituto Politécnico de Las Palmas de Gran Canaria. Cada grupo cuenta con un director, un productor, un montador, un técnico de fotografía y otro de sonido. Los temas escogidos este año fueron el médico de Chío (IES La Guancha), el anillo insular (César Manrique) y el cuidado de las tortugas en el litoral de Tenerife (Politécnico).

Esta actividad, cuyos resultados se pudieron comprobar en la noche de este viernes en la pantalla de la sala 1 del auditorio de Guía de Isora, constituye un auténtico simulacro de lo que en el futuro será el rodaje profesional de una película, si es que alguno de estos jóvenes decide optar por este camino. Así, no solo tienen que coordinarse para hacer bien un trabajo colectivo en el que confluyen aspectos técnicos y creativos, sino que también tienen que someterse a un pitching, o sea, tienen que vender su producto a hipotéticos productores y compradores; en este caso, sus propios profesores y los dos máximos responsables del festival, Alejandro Krawietz y David Baute.

Durante esta presentación de su producto, los jóvenes recibieron importantes correcciones y recomendaciones por parte de Krawietz y Baute, quienes, en tono informal pero didáctico, les indicaron cuáles habían sido sus errores y sus aciertos a la hora de colocar la mercancía. A esta sesión de pitching también asistieron los profesores que han estado al frente del programa DocExprés durante toda la semana: Demetrio Darias, profesor del César Manrique; Roberto Lucas, formador independiente; Miguel Miralles, de La Guancha; y Pedro Alemany, también del César Manrique.

Los tres grupos de estudiantes se han pasado la semana durmiendo pocas horas –aunque no siempre por motivos laborales: el ambiente estudiantil es otra de las marcas de la casa en Guía de Isora–, buscando escenarios y entrevistando a las personas que asumen el protagonismo en los documentales: el médico y los pacientes de Chío; cuatro mujeres que sirven de metáfora del pasado y el presente en paralelo a lo que simboliza para la comarca suroeste el cierre del anillo insular; y los profesionales que velan por el cuidado de las tortugas que descansan en Canarias durante sus largas migraciones atlánticas.

En la presentación de sus documentales ante los directores del festival hay rostros de cansancio, expresiones de satisfacción y un sentido de la profesionalidad que ya empieza a intuirse en su modo de dirigirse a sus compañeros y a quienes examinan su trabajo. Al finalizar este simulacro de pitching, todos salen con prisas hacia el auditorio: hay que prepararlo todo para las proyecciones, que tendrán lugar a las 22.00 horas.

Demetrio Darias, que es el responsable de poner orden en este heterodoxo grupo en el que se mezclan muchachos en la última adolescencia con treintañeros largos, afirma que la semana es dura, pero los muchachos se portan bien y al final de la experiencia se nota el cambio en su manera de trabajar. Por su parte, Roberto Lucas, formador de formadores y responsable de la empresa Ciudad Taller, se encarga de los contenidos para DocExprés desde hace varios años y señala que para los chicos “esto es un reto porque no lo han hecho nunca, por eso nos importa más el proceso que el resultado final”. Y fuera cual fuera el resultado final, todos ellos obtuvieron ayer la mayor recompensa para un profesional del mundo audiovisual: el aplauso del público.

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