MiradasDoc acoge a cientos de escolares de toda la Isla que debaten con los directores tras la proyección de sus documentales.
Ver una sala de cine con niños que levantan la mano para saber más del documental que acaba de exhibirse es una experiencia maravillosa y gratificante que ocurre en MiradasDoc. Durante toda la semana del Festival y Mercado Internacional de Guía de Isora las mañanas están protagonizadas por los escolares que se desplazan desde centros de toda la Isla. Cuando llegan, el bullicio se hace notar, pero una vez en la sala y después de la introducción del director, la mayoría permanece atento para no perderse nada de lo QUE pasa en la pantalla. Después de acercarse a realidades muy distintas, a las duras circunstancias vitales de otros menores, les surgen multitud de preguntas y, a veces, sorprende a los directores, a los que llegan a acribillar con su curiosidad. Esa es la esencia de EnseñanDoc, un programa educativo que tiene el objetivo de crear espectadores críticos y desde la infancia.
En la undécima edición de MiradasDoc, los escolares se han encontrado con los directores de Gigantes descalzos, Álvaro Priante e Iván Roiz, y The other kids, Pablo de la Chica. En ambos casos, un deporte se convierte en una puerta para que los niños, el baloncesto en el caso los de la comunidad triqui de México y el fútbol para los de los suburbios de Kampala, miren al futuro y estén escolarizados.
La toma de conciencia de los alumnos de Tenerife, acostumbrados a lujos como el agua corriente, comer todos y varias veces al día o practicar deporte bien equipados, es inmediata. Y sus preguntas están casi siempre dirigidas a conocer más de estas historias lejanas social y geográficamente, en las que otros niños, como ellos, soportan situaciones límite y las afrontan con voluntad y esfuerzo e intentan superarlas con un poco de apoyo y mucha esperanza.
Los codirectores de Gigantes descalzos admitieron que la experiencia había sido maravillosa y enriquecedora y que la avidez de los escolares por saber más y sus preguntas los habían sorprendido. “No creemos que ningún niño triqui llegue nunca a jugar en la NBA, pero el baloncesto les ha servido para estar escolarizados y puede ayudar a que dejen de lado su sentimiento de inferioridad por ser indígenas, una cuestión que los mexicanos blancos les recuerda constantemente”, afirman.
Lo más importante, aclararon Priante y Roiz a este público especial en varias de las sesiones, es que las familias triqui, que viven en una región muy aislada y donde aún se practica la poligamia, “han empezado a comprender que sus hijos pueden tener un futuro mejor y sus hijas no tienen que casarse a cambio de una dote con 12 años”.
Ambos aseguran que la experiencia de ver “la reacción de un público tan joven, donde ha habido niños de tan solo 10 años, que se interesaban en nuestro trabajo y que preguntaba sin parar los más mínimos detalles, ha sido sorprendente y maravillosa, un regalo que nos ha dado MiradasDoc”.
Casi en los mismos términos se expresa el director de The other kids. Pablo de la Chica, que tiene en común con Priante y Roiz el haber estado en el pitching de MiradasDoc en 2015, y cuya película cuenta con un amplio recorrido entre el público joven de México, donde se ha proyectado y debatido con más de 22.000 espectadores y España, donde se ha proyectado en centros culturales, colegios y festivales.
De la Chica explica que la historia de Reagan, el niño ugandés que sobrevive como puede, incluso de la basura del vertedero de Kampala, representa un choque visual para nuestros jóvenes, que con la oportunidad de tener todo en la mano y hacer todo lo que quieran, se refugian en la queja y la desidia. “Reagan, que fue abandonado por su madre y es un superviviente, quiere conseguir una beca jugando al fútbol”.
The other kids removió conciencias entre los adolescentes que acudieron este viernes al Auditorio de Guía de Isora, en el que De la Chica consiguió atrapar su interés no solo con la película, sino con las respuestas y su manera didáctica de contar situaciones terribles. El también actor tuvo que atender a algunos de los estudiantes de Secundaria en el exterior del Auditorio, donde continuaron las preguntas sobre Reagan, Uganda y la terrible realidad de los niños en una zona del mundo en la que la infancia está completamente desprotegida y “los secuestros para traficar con personas y con órganos se producen todos los días”.