Servicios Sociales, pese a las dificultades de nuestros vecinos, ha dejado un millón de euros en ayudas sin ejecutar. Por estas cuestiones nos parece increíble que hablen de presupuestos novedosos y sociales.

Por una cuestión de responsabilidad política hemos optado por abstenernos en la votación de los presupuestos de Arona. No creemos que sea conveniente que nuestro municipio esté sin presupuestos, pero no los vemos creíbles y consideramos que carecen de rumbo. A pesar de que han tardado casi cuatro meses en traerlos al Pleno, parece que PSOE y Ciudadanos X Arona los han hecho deprisa y corriendo. La ciudadanía, los colectivos y los grupos de la oposición carecemos de información alguna sobre el proyecto.

En materia de ingresos es donde vemos gran parte del problema: Seguimos pagando impuestos como si fuéramos un municipio rico, pero nuestros vecinos no viven como tal. No se han bajado los impuestos y tasas a pesar de que se aprobó una moción en este sentido. Sigue sin bajar la tasa de basura y Arona está más sucia que nunca…

Nos preocupa también la caducidad de dos concesiones que no importan a este gobierno. La cafetería del Infanta Leonor, que sigue prestando servicio pero en precario, y siguen consumiendo agua y luz, por ejemplo, sin pagar un euro al Ayuntamiento. Y, en segundo lugar, el servicio de sombrillas y hamacas de la playa de Las Vistas. El contrato venció, y sigue la actividad sin concesión. Se está dejando de ingresar 7.000 euros diarios, y no se ha hecho nada, pero aún así seguimos pagando como ayuntamiento el canon correspondiente a la Demarcación de Costas.

Servicios Sociales, pese a las dificultades de nuestros vecinos, ha dejado un millón de euros en ayudas sin ejecutar. Por estas cuestiones nos parece increíble que hablen de presupuestos novedosos y sociales. Lo social es gastar ese dinero en ayudar a los vecinos. Lo que sí se consume anualmente y por encima de lo previsto es el dinero para fiestas, lo cual evidencia qué es lo que le preocupa a este grupo de Gobierno.

Hay partidas como la correspondiente a la elaboración del PGO que no se han ejecutado nunca, o los barrios, que tampoco están bien pintados en el presupuesto. O demasiadas cuestiones etiquetadas como “proyectos varios” que no sabemos en qué se usarán, o la compra de suelo dotada con 750.000 euros, también sin explicar.

El capítulo de inversiones sube un 2% en un municipio donde no se ha hecho inversión alguna en dos años, y que vive lastrado por esa falta de un PGO, o por la burocracia feroz que nos lleva a esperar meses por la tramitación de certificados urbanísticos.

Hay proyectos que parece que verán la luz después de mucho tiempo esperando, como la pasarela de Chayofita, el mantenimiento de la pista de atletismo, el emisario de Palm-Mar y algunas obras en carreteras, pero nos preocupa mucho que no lleguen a hacerse realidad tampoco este año.

Tenemos ya un remanente de 49 millones de euros frente a un presupuesto de más de 90 millones.

Y decepción también en materia de personal: Los presupuestos no vienen acompañados de la relación de puestos de trabajo, una herramienta fundamental que los sindicatos tampoco han apoyado: De los representantes sindicales, que son cuatro, tan solo uno votó a favor.