La preocupación reiterada de la patronal hotelera y los propietarios del antiguo Hotel Callao Sport de Adeje, actualmente invadido de ‘okupas’, se ha materializado en la madrugada de este lunes, 14 de julio, con un grave incendio que ha dejado a tres personas heridas, dos de ellas de carácter grave.
El suceso se desató alrededor de las 03:38 horas en las instalaciones del complejo, situado en la Avenida El Jable del municipio tinerfeño, generando una inmediata respuesta de los servicios de emergencia. El Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (CECOES) 112 del Gobierno de Canarias recibió la alerta sobre el fuego en la instalación hotelera, que fue confirmada como un inmueble fuera de explotación.
La intervención
El despliegue fue contundente. Efectivos del Consorcio de Bomberos de Tenerife se desplazaron al lugar con dos Bombas Urbanas Pesadas (BUP), una Bomba Urbana Pesada (BUN) y un Vehículo de Rescate Especial (URE), logrando finalmente extinguir las llamas que amenazaban la estructura.
Mientras tanto, el Servicio de Urgencias Canario (SUC) valoró y asistió a los afectados. Dos hombres, un varón de 56 años y otro cuya edad no ha sido precisada, presentan intoxicación por inhalación de humo y quemaduras de carácter grave. Ambos fueron trasladados en ambulancia medicalizada al Hospital Universitario Nuestra Señora de la Candelaria en estado crítico. Una mujer de 30 años también resultó afectada por intoxicación moderada de humo, siendo evacuada en ambulancia sanitarizada al mismo centro hospitalario.
La Policía Local y la Guardia Civil aseguraron la zona y realizaron las correspondientes diligencias. Al cierre de esta nota, según las fuentes consultadas, no se ha determinado con precisión la causa del incendio.
Alertas previas
Las reiteradas advertencias que durante meses emitieron los propietarios del hotel y la Asociación Hotelera y Extrahotelera de Tenerife (Ashotel) cobran ahora una mayor relevancia tras este suceso.
En su momento, denunciaron públicamente que la “okupación” ilegal del inmueble representaba un grave riesgo, no solo por la seguridad estructural y de suministros, sino también por la inseguridad ciudadana y la afectación a la convivencia. Señalaron la proliferación de incidentes como amenazas, pequeños robos, menudeo de drogas e incluso peleas y riñas internas dentro del complejo.
Además, alertaron sobre el uso de instalaciones precarias, como bombonas de butano y conexiones eléctricas improvisadas, que, según indicaron, aumentaban significativamente el peligro de incendios y ponían en riesgo tanto la vida de las personas como la integridad de la propiedad privada. Sin embargo, hasta el momento no hay confirmación oficial de que estas condiciones hayan sido la causa del incendio.
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