La Guardia Civil ha esclarecido rápidamente el caso del perro decapitado en Tegueste, identificado como Boli. El cuerpo del animal fue hallado en un terreno, después de que sus propietarios encontraran su cabeza al llegar a casa, dejada en la puerta de la vivienda en un acto de crueldad.
La investigación, que comenzó tras la denuncia presentada por la familia, ha llevado a la identificación de un hombre, —del que los agentes no han aportado más datos— que ahora está siendo investigado como presunto autor de un delito grave de maltrato animal con resultado de muerte.
Los agentes del Puesto Principal de Tacoronte, en colaboración con la patrulla del Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA), realizaron una investigación minuciosa, que permitió localizar el cuerpo de Boli y obtener pruebas clave que apuntan al presunto autor del crimen.
La rápida actuación de la Guardia Civil ha sido clave para esclarecer este macabro suceso en Tenerife, que causó una gran alarma social en la comunidad tinerfeña. El caso ya ha sido remitido al Juzgado de Instrucción de San Cristóbal de La Laguna, donde se continúa con las diligencias.
Según el artículo 340 bis del Código Penal, quien cause la muerte a un animal doméstico por cualquier medio o procedimiento, incluyendo actos de carácter sexual, se enfrenta a una pena de prisión de 12 a 24 meses. Además, se impondrá una inhabilitación especial de entre 2 y 4 años para el ejercicio de profesiones, oficios o comercio relacionados con los animales, así como para la tenencia de animales.
Las penas se endurecen en su mitad superior cuando concurran circunstancias agravantes, como el uso de armas, instrumentos, o métodos peligrosos para la vida o salud del animal.
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