El incumplimiento de la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) en España continúa en aumento, generando preocupación entre las autoridades y expertos en seguridad vial.
Los últimos datos publicados por la Dirección General de Tráfico (DGT) reflejan un notable crecimiento en el número de vehículos que circulan sin la ITV en vigor, con un impacto directo en la seguridad de las carreteras y en el medio ambiente.
En 2023, se registraron 641.126 sanciones a nivel nacional por esta infracción, lo que supone un aumento del 62% en comparación con 2015, cuando se impusieron 396.666 multas.
En Canarias, el número de sanciones ha crecido un 52% en ocho años, pasando de 17.257 en 2015 a 26.272 en 2023. Esta tendencia pone en evidencia la falta de concienciación sobre la importancia de cumplir con esta obligación legal.
Un riesgo para todos los conductores
Más allá del incumplimiento normativo, el aumento de vehículos sin ITV representa un grave riesgo para la seguridad vial. La inspección técnica tiene como objetivo detectar y corregir posibles fallos mecánicos que podrían derivar en accidentes de tráfico.
“Cada vez más vehículos circulan sin cumplir las condiciones mínimas de seguridad y de protección del medio ambiente. Esto representa un verdadero peligro para todos los usuarios de las vías públicas”, advirtió Guillermo Magaz, director gerente de la Asociación Española de Entidades Colaboradoras de la Administración en la Inspección Técnica de Vehículos (AECA-ITV).
Según datos del Ministerio de Industria y Turismo, el índice de incumplimiento de la ITV alcanzó el 33,2% en el último año, lo que sugiere que un tercio de los vehículos en circulación podrían estar operando sin haber superado esta inspección obligatoria.
Esta situación no solo aumenta el riesgo de siniestros viales, sino que también impacta negativamente en el medioambiente, ya que muchos de estos vehículos superan los límites permitidos de emisiones contaminantes.
Sanciones económicas y repercusiones legales
No tener la ITV en regla puede derivar en sanciones económicas considerables. La normativa vigente en materia de tráfico establece multas de 200 euros para aquellos conductores cuya ITV esté caducada, mientras que circular con un resultado desfavorable o negativo en la inspección puede conllevar sanciones de hasta 500 euros.
Sin embargo, las consecuencias van más allá del aspecto económico. En caso de accidente, la falta de ITV puede provocar que la aseguradora no cubra los daños ocasionados, dejando al conductor expuesto a gastos elevados.
Además, si un vehículo sin ITV provoca un siniestro con lesiones graves o fatales, el responsable podría enfrentarse a cargos penales, con penas que incluyen la privación del derecho a conducir, multas e incluso prisión.
Ante este panorama, AECA-ITV y otros organismos vinculados a la seguridad vial insisten en la necesidad de generar conciencia sobre la importancia de la ITV como herramienta de prevención.
El cumplimiento de esta inspección no solo evita sanciones y problemas legales, sino que contribuye a reducir la siniestralidad en las carreteras y a mitigar el impacto ambiental derivado de emisiones contaminantes excesivas.
Las autoridades instan a los conductores a mantener su ITV al día y a recordar que este trámite no es solo una obligación legal, sino un compromiso con la seguridad de todos.