La investigación se inició al detectarse un importante incremento en los intentos de introducción de heroína en España a través del aeropuerto de Barcelona en los dos últimos años.
Uno de los destinos de la droga era su venta en los “narcopisos” del barrio del Raval de Barcelona.
En la operación se ha detenido a 26 personas de diferentes nacionalidades y se ha intervenido más de 70 kg de heroína de gran pureza.
En el marco de una operación conjunta de la Policía Nacional y la Guardia Civil, denominada operación “Season-Santa Cruz”, los agentes han procedido a la detención de 26 personas pertenecientes a dos organizaciones delictivas establecidas en Barcelona dedicadas al tráfico internacional de heroína. En la operación se ha intervenido más de 70 kg de heroína de gran pureza.
La investigación se inició al detectar los agentes un importante incremento de intentos de introducción de heroína en España a través del aeropuerto de Barcelona en los dos últimos años. En estos intentos, se intervino paulatinamente distintas cantidad de este tipo de droga.
Entre los objetivos de la Guardia Civil figuraban coincidencias con investigaciones de la Policía Nacional entorno al tráfico de heroína por lo se fusionó la información de ambos cuerpos policiales, contando también con la colaboración de otras policías extranjeras en el intercambio de información de las unidades de lucha contra el narcotráfico, concretamente de la República Checa, Gendarmería Real Holandesa, y la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico de la Policía de Bolivia. Este equipo conjunto de investigación fue coordinado por el CITCO (Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado).
Continuando con las investigaciones, se pudo constatar la existencia de dos complejas e independientes organizaciones delictivas establecidas en Barcelona y dedicadas al tráfico internacional de heroína cuyos cabecillas eran de nacionalidad pakistaní.
Introducían heroína en España a través de “maleteros” o “drivers”
La forma de actuar de ambas estructuras delictivas era similar ya que introducían heroína en España a través de “maleteros” o “drivers” de nacionalidad pakistaní que captaban previamente.
En un primer momento estas organizaciones se dedicaban solo al tráfico de heroína, pero su afán de expansión y nuevas incorporaciones de personas de otras nacionalidades los introdujo también en el tráfico de cocaína.
Una de las organizaciones, la de mayor potencial operativo, estaba perfectamente estructurada en tres células diferenciadas con unas competencias muy definidas, una de ellas se dedicaban a la captación de personal que actuase de ‘mensajeros’, otra se dedicaba al tráfico internacional de heroína y la tercera al de cocaína.
A medida que avanzaba la investigación, los agentes observaron como las organizaciones hacían modificaciones en la forma que tenían de captar mensajeros como método de protección para evitar ser descubiertos.
Fases de explotación
Durante la investigación se han llevado a cabo 3 fases de explotación que han consistido en:
1ª fase: comprendida entre agosto de 2017 y marzo de 2018 en la que se detuvo a tres personas cuando intentaban introducir en España más de 19 kg de heroína oculta en sus equipajes en los aeropuertos de Madrid y Barcelona y a dos miembros de la organización encargados de captar mensajeros. Uno de los cuales era el jefe de la organización.
Fruto de esta intervención se localizó en Italia a otro de los integrantes de la organización el cual fue detenido en Italia a través de una Orden Europea de Detención y extraditado a España.
2ª fase: llevada a cabo entre agosto de 2018 y enero de 2019 iniciada con la detención de dos ciudadanos españoles y uno pakistaní en el aeropuerto de Barcelona con la llegada del vuelo Dubai-Zurich-Barcelona con más de 24 kg de heroína oculta en sus maletas.
Debido al intercambio de información de los investigadores con las policías de otros países se pudo detener en el aeropuerto de Praga (República Checa) a otro de los captadores de mensajeros de la organización y que llevaba más de 6 kg de heroína en su equipaje.
Días después se produjo un registro domiciliario en Barcelona en el que se detuvo a dos personas encargadas de la organización de los viajes que realizaban los mensajeros y se aprehendió diverso material y sustancias utilizados para el corte de heroína, una pistola simulada y una táser.
Asimismo, en enero se realizó un operativo con la Gendarmería Real Holandesa en el aeropuerto de Schiphol (Amsterdam) para localizar y detener a una ciudadana española que llevaba ocultos en su maleta 15 kg de heroína de un vuelo procedente de Doha (Qatar) y otro miembro de la organización, de origen pakistaní cuya misión era recibir esa droga.
Igualmente, se llevó a cabo otro operativo paralelo que acabó con la detención de 8 miembros de la organización en Madrid y Valencia, y la aprehensión en Madrid de 6 kg de heroína a otra persona captada por la organización.
3ª fase: comprendida entre enero y abril de 2019, la Policía Boliviana detectó, en el aeropuerto de Viru Viru (Santa Cruz), un paquete con más de 10 kg de cocaína ocultos en cartuchos de tinta de impresora cuyo destino final era España. Gracias a la inteligencia obtenida y el intercambio de información con la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico de Bolivia, se detuvo en Madrid a cuatro miembros de la organización encargados de la recepción de los paquetes de cocaína.
Con esta investigación se dan por desmanteladas las dos organizaciones criminales establecidas en Barcelona. Además se han efectuado cinco registros domiciliarios en las provincias de Barcelona y Valencia, y se ha detenido a 26 personas por los delitos de tráfico de drogas y pertenencia a organización criminal en Barcelona, Valencia, Madrid, Praga (República Checa) y Amsterdam, de diferentes nacionalidades (pakistaní, española, boliviana, ecuatoriana, colombiana y dominicana) de las cuales 20 han ingresado en prisión, además de haberse intervenido 70,731 kg de heroína de gran pureza y 11,9 kg de cocaína.
Como consecuencia de la investigación se ha podido saber que a través de traficantes situados en un nivel inferior a los importadores, el destino de gran parte de la droga, que era adulterada para multiplicar la cantidad final, era su venta en los denominados popularmente “narcopisos” del barrio del Raval de Barcelona.