El Cabildo ha dedicado la segunda edición de las Jornadas Masdunas a presentar los primeros resultados de los trabajos.
Han sido plantados casi 400 balancones y eliminados más de 600 metros cúbicos de flora exótica invasora y 169 goros de leña.
El ambicioso proyecto para el movimiento de 60.000 metros cúbicos de arena para que no se pierda en el mar finalizará el próximo mes.
En 2020 estarán los datos definitivos y la Institución insular ya prevé 700.000 euros más para continuar con nuevas actuaciones.
El ambicioso proyecto Masdunas del Cabildo para recuperar las Dunas de Maspalomas ha entrado en su tercera y última fase con un excelente balance porque ya han sido movidos 52.000 metros cúbicos de arena de los 60.000 previstos para que no se pierdan en el mar, han sido balizados y señalizados ocho kilómetros de senderos y han sido retirados 1.000 metros cúbicos de leña para el desmantelamiento de 169 goros y 14.200 ejemplares de tilapias de Mozambique de la Charca, una especie exótica invasora.
Estos primeros resultados fueron presentados hoy en las segundas Jornadas Masdunas en la que los diferentes equipos de investigadores expusieron lo que han realizado en los últimos 15 meses en el ecosistema dunar. Se trata de unos trabajos que también han llevado a eliminar más de 600 metros cúbicos de flora exótica invasora, como tuneras indias y tabaco moro, además de plantar casi 400 balancones para favorecer la formación de dunas junto a los captadores de arena.
También han sido realizados ya 16 de los 18 vuelos previstos con drones para generar un modelo digital de elevaciones cuando concluya este proyecto, que todos los indicadores apuntan a que será un éxito.
Este proyecto finalizará a mediados del próximo mes y en febrero de 2020 estarán los resultados definitivos, explicó la consejera de Medio Ambiente del Cabildo, Inés Jiménez, durante la inauguración de las Jornadas en San Bartolomé de Tirajana, antes de dar paso al balance que realizó el coordinador de Masdunas, Miguel Ángel Peña.
Jiménez destacó que este proyecto ha sido muy positivo, por lo que el Cabildo quiere continuar con una intervención para preservar y visibilizar uno de los espacios protegidos más importante de Gran Canaria, aunque aún habrá que definir las acciones después de conocer los resultados.
Aún así, el proyecto de presupuesto del Cabildo para 2020 ya cuenta con una partida inicial de 700.000 euros destinada a seguir con las labores de recuperación ambiental, apuntó la consejera, que estuvo acompañada por la alcaldesa del municipio, Concepción Narváez, y los concejales Alejandro Marichal y María Inés Rodríguez.
Las jornadas incluyen esta tarde la primera visita de campo a las actuaciones para comprobar ‘in situ’ las tareas que se han realizado para la eliminación de la flora exótica invasiva y de los goros de leña, asentamientos de diferente tamaño que han construido las personas con las ramas sacadas a partir de la rotura de los tarajales con la intención de crear habitáculos privados.
Además, los asistentes también podrán ver en directo los trabajos de movimiento de arena y comprobar el estado de la Charca tras la retirada de las tilapias de Mozambique, mientras que mañana tendrá lugar un taller participativo para recoger propuestas para este proyecto.
Un ambicioso proyecto pionero
Este proyecto del Cabildo tiene como objetivo frenar, en la medida de lo posible, el proceso de degradación ambiental producido durante los últimos 50 años en las Dunas de Maspalomas como consecuencia del uso desordenado de sus recursos. El objetivo es evitar la desaparición paulatina de las dunas mediante el movimiento de arena y la instalación de captadores artificiales, entre otras medidas.
El sistema dunar consiste en un circuito de arena transportada por el viento que se inicia en Playa en Inglés, atraviesa las Dunas y llega a Maspalomas, excepto con las tormentas del sur, que barren la playa de Maspalomas, la dejan llena de piedras y hacen que 40.000 metros cúbicos al año se pierdan por la punta de la Bajeta, donde la sobrante entra en el mar hasta caer en el veril, un acantilado submarino en el que se pierde definitivamente.
Para ello, cada noche se emprende este trabajo de extracción, filtrado para dejar las piedras en el mismo lugar, y traslado de la arena al punto de partida del circuito.
Con un presupuesto de 1.155.000 euros, el Cabildo ha puesto en práctica este modelo de detención de la pérdida de arena que pretende devolver a las dunas parte de sus valores ecosistémicos, una acción pionera que ha sido seleccionada por la Oficina Española de Cambio Climático entre las mejores iniciativas de España para combatir sus impactos negativos.
Esta iniciativa contempla avanzar en el conocimiento científico con tres equipos de investigadores que han estado realizando un estrecho seguimiento del movimiento de la arena y su interacción con los captadores y balancones, así como su divulgación en una página web específica, la organización de estas jornadas técnicas y un diario online de las actuaciones donde se puede consultar su desarrollo.