Conectan la red hospitalaria de Canarias por aire, realizan traslados entre las Islas de pacientes que necesitan una asistencia sanitaria especializada en vuelo, pero también aterrizan en medio de una autopista, en un campo de fútbol o en una playa para ofrecer una respuesta rápida y avanzada en los lugares más alejados de nuestra geografía. En estos 25 años que llevan surcando nuestros cielos, los dos helicópteros medicalizados del Servicio de Urgencias Canario (SUC) han realizado más de 22 mil servicios. Solo el año pasado se superaron las 1.100 activaciones.
Su experiencia en las urgencias hospitalarias, su inquietud y la casualidad situaron al enfermero Nacho Herranz en el lugar y en el momento adecuado en diciembre de 1994, justo cuando el Gobierno de Canarias impulsaba el servicio de urgencias extrahospitalarias por tierra y aire, una completa red de recursos bajo la denominación de 061.
Nacho destaca el buen clima de trabajo que se respira en la base del aeropuerto Tenerife Sur, donde comparten las guardias de 24 horas. El equipo lo forman dos pilotos (comandante y copiloto), un médico y un enfermero con un gran nivel profesional. “Esto se traduce en seguridad, tanto clínica para el paciente como en el vuelo”.
Cuando se le pregunta por lo más complicado de su trabajo responde que las limitaciones de espacio, pero que también influyen otros factores que lo diferencian del transporte en ambulancia terrestre, como son la altura, la nocturnidad, las vibraciones, las condiciones atmosféricas. A pesar de todo, añade que “hoy en día, con el modelo EC145 contamos con un moderno equipamiento. Hemos evolucionado a mejor”.
Entre sus recuerdos, no puede olvidar el trágico accidente de uno de los helicópteros en 2004, pero también le quedan en la retina muchas alegrías por saber que ha podido salvar vidas o reducir secuelas gracias a una rápida actuación “in situ” y al posterior traslado.
A Inmaculada Paz, médico desde hace 23 años, siempre le ha gustado la medicina extrahospitalaria y si a esto la añadimos que le encanta volar, “es la mezcla perfecta”. Lleva 13 años en el helicóptero medicalizado del SUC con base en Las Palmas y destaca que este trabajo es especial: “Es todo tuyo. No tienes a quién preguntar o con quién discutir un tratamiento o una técnica. Tú tienes que resolver los problemas que te van surgiendo, pero cuando llegas al Hospital con un paciente grave pero estable y en las mejores condiciones, la satisfacción es muy grande.”
Al preguntarle por anécdotas de su trabajo, Inma le quita gravedad y destaca algunos momentos simpáticos, que también se viven, como cuando el paciente pregunta con cara de susto ¿doctora va usted a pilotar el helicóptero? o cuando después de tranquilizarlo y decirle que el vuelo es más agradable que en un avión, sale del aparato jurando que no piensa subirse nunca más.
“Es como tener una oficina en las nubes. Verlo todo desde allí arriba te da otra perspectiva”. Así define su trabajo el médico Asdrúbal González. Lleva desde el año 2001 abordo de los helicópteros medicalizados. “La verdad es que siempre me atrajo y al año de estar en la ambulancia medicalizada de La Palma tuve la oportunidad y me animé a dar el salto”. La experiencia adquirida como médico coordinador del SUC y en los servicios de urgencias la amplió con cursos de transporte pediátrico y neonatal.
Coincide que lo más complicado es trabajar con pacientes críticos en un espacio muy reducido a lo que se pueden sumar circunstancias meteorológicas adversas. “Esto te obliga a estabilizar muy bien al paciente previo al traslado- señala-. No es como en una ambulancia que puedes parar en el arcén de una autopista y trabajar cómodamente con el paciente, aquí no hay opciones, tienes que ir afrontando las complicaciones tal cual se presentan y con las limitaciones que tenemos en vuelo”.
Tiene grabado el traslado de un neonato prematuro que sufrió dos paradas cardiorrespiratorias en vuelo desde La Palma a Tenerife y la gran satisfacción que sintió cuando todo salió bien, y también las asistencias en lugares imposibles de llegar y que la pericia del piloto hizo posible. Un sinfín de anécdotas en estos 20 años que lleva en el aire, pero que no serían posible sin los buenos ratos que pasan en tierra, en la base. “Somos un equipo, algo más que compañeros de trabajo”.
Rayco Domínguez es enfermero. Durante su trayectoria profesional pasó por diferentes centros sanitarios de Gran Canaria hasta que hace 8 años recaló en el Servicio de Urgencias del Hospital Doctor Negrín y comenzó a realizar guardias en la ambulancia medicalizada del SUC. “En estos años, cada vez que intervenía en la transferencia de un paciente con el helicóptero medicalizado algo me decía que tenía que trabajar en ese servicio alguna vez en mi vida”. Por eso recuerda exactamente cuándo empezó en recursos aéreos del SUC en la provincia de Las Palmas: “El 22 de diciembre de 2014. Me tocó la lotería”.
Si bien le han quedado grabadas las intervenciones en accidentes en zonas de difícil acceso, hace hincapié en los traslados interhospitalarios, los más numerosos, porque permite que pacientes, muchas veces inestables, lleguen al hospital de referencia en Tenerife o Gran Canaria en las mejores condiciones posibles para continuar con un tratamiento especializado.
Y hace un último apunte: La rutina en la base también ha cambiado por la pandemia. Ahora, además de revisar equipos, material, medicación, toca preparar los equipos de protección individual (EPIs).
Activaciones
Los helicópteros medicalizados del Servicio de Urgencias Canario (SUC), dependiente de la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, intervinieron en el año 2019 en 1.101 incidentes en el archipiélago, de los cuales 132 fueron emergencias sanitarias, es decir, incidentes que por su localización y tipo de patología requerían una asistencia sanitaria urgente para la supervivencia del paciente.
Además de estos servicios, denominados primarios, los helicópteros medicalizados del SUC también realizaron 969 traslados urgentes de pacientes ingresados en los hospitales ubicados en las islas periféricas y que tienen que ser derivados a los hospitales de referencia, en Gran Canaria o Tenerife, para someterse a una determinada intervención o recibir un tratamiento específico.
Características
El modelo EC145-C2 ofrece gran autonomía de vuelo, lo que permite recorrer mayores distancias sin repostar y disminuir así el tiempo de respuesta ante un traslado urgente desde cualquier isla del Archipiélago. Además, cuentan con una amplia cabina y una puerta posterior que facilita la introducción del paciente en camilla.
En cuanto al equipamiento sanitario, las aeronaves disponen de equipos de electromedicina como monitor desfibrilador para atender a aquellos pacientes que sufran una parada cardiorrespiratoria; bombas de perfusión para suministrar determinada medicación de manera gradual; y respirador para dar ventilación asistida a pacientes con insuficiencia respiratoria. En ese sentido, los equipos de monitorización incorporan la telemedicina, con transmisión de datos a la sala de coordinación, continuando con la línea de trabajo propuesta por el SUC para todos sus recursos tanto aéreos como terrestres.
Los helicópteros medicalizados del SUC también cuentan con material de inmovilización (colchón de vacío, camilla cuchara, férulas, etc.), sistema de oxigenoterapia, fungibles y la medicación necesaria para garantizar una asistencia avanzada similar a la de cualquier unidad de cuidados intensivos hospitalaria.
Además, para el traslado de los recién nacidos prematuros, las aeronaves del SUC disponen de una incubadora que permite su asistencia y tratamiento durante el vuelo, incluso en los casos en los que el recién nacido presenta problemas respiratorios ya que cuenta con un respirador pediátrico.
https://youtu.be/qqcLchPrFaI