Las campañas han tenido un coste de 172.000 euros y han revelado las continuas modificaciones del antiguo poblado para adaptarse a las necesidades y tiempos históricos.
Han permitido incorporar 9.600 nuevos registros a los inventarios del museo.
Son destacables los restos prehispánicos pero también los coloniales, entre ellos diversos elementos asociados a la industria azucarera.
Las entrañas de la tierra en Gáldar siguen aportando evidencias que permiten contar nuevas historias. Los resultados del último ciclo de campañas de excavación del Cabildo en el Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada hablan de un asentamiento vivo y cambiante cuyos habitantes, al igual que las sociedades actuales, adaptaron y remodelaron su poblado, el antiguo Agáldar, para hacer frente a las distintas necesidades y momentos históricos, según ha explicado hoy el presidente de la corporación, Antonio Morales.
Además, los trabajos en terreno entre los años 2013 y 2017 han sacado a la luz un total de 9.651 nuevos registros arqueológicos -cada registro puede corresponderse con uno o más elementos-, que abarcan desde piezas prehispánicas como ídolos, pintaderas, restos de fauna marina y terrestre, semillas o burgaos decorados, a restos coloniales, como es el caso de monedas y objetos metálicos como hebillas, herraduras, candiles, llaves y hasta una campanita.
Esta labor ha supuesto una inversión, en los últimos cinco años, de algo más de 172.000 euros a través del Servicio de Patrimonio Histórico y Cultural del Cabildo y se ha traducido en 448 cajas de material arqueológico cuyo estudio, a partir de ahora en el laboratorio, abrirá una nueva etapa en el Museo y Parque Arqueológico y resultará esencial para continuar profundizando en el conocimiento de uno de los yacimientos más importantes del archipiélago.
Interesantes hipótesis y algunas certezas
No obstante, el intenso trabajo ya ha dejado sobre la mesa diversas hipótesis científicas novedosas e incluso alguna certeza. Entre estas últimas se cuenta el descubrimiento de un fitolito en una de las tres estructuras analizadas, la número 53. Se trata de un resto microscópico de junco mineralizado que constituye en su caso una prueba arqueológica directa en el poblado galdense del uso en entornos domésticos de objetos elaborados con fibras de esta planta, como esteras, faldellines o cestos. Se corroboran así las alusiones a este hecho que se recogen en múltiples fuentes textuales.
Esta misma estructura 53 constituye un ejemplo claro de la mutabilidad del poblado, pues se ha revelado como un conjunto que sugiere estar ante una estructura de almacenamiento -probablemente de productos básicos para la subsistencia-, y que habría sido remodelada varias veces entre los siglos X y XV, otorgándole distintos usos.
Esta estructura deparó otra sorpresa con la presencia de un recipiente cerámico completo elaborado en Portugal y diferentes elementos coloniales ligados a la industria azucarera, como los moldes empleados para la cristalización de los panes de azúcar o un machete, seguramente usado para cortar caña.
En cuanto a las otras dos estructuras sobre las que se centraron las excavaciones, se ha verificado que la número 12 fue, en su origen, una cámara rupestre condenada a partir de la primera mitad del siglo XV para levantar una casa de planta cruciforme, otra muestra de las variaciones que experimentó el poblado a lo largo de los tiempos. Y en el caso de la estructura 61, además de la interesante aparición de un muro de sillares pintados con almagre, destaca el llamativo conjunto de burgaos decorados localizados.
Para llegar a estos razonamientos, los equipos científicos se han apoyado en técnicas de última generación. Como ejemplo, en lo que se refiere a los estudios específicos, destaca la incorporación de la Micromorfología, disciplina que aporta información sobre los usos y evolución del poblado a partir del estudio de sus sedimentos. La responsable de estas aportaciones es la doctora Carolina Mallol, investigadora del Ramón y Cajal y directora del Laboratorio de Biomarcadores y Micromorfología Arqueológica de la Universidad de La Laguna.
Exposición para que la población conozca los resultados
Junto al consejero de Cultura, Carlos Ruiz, el presidente y los responsables de las excavaciones inauguraron la exposición ‘Cueva Pintada: Historias en la tierra, tierra con Historia’, una iniciativa para mostrar a la ciudadanía en la propia sede del Cabildo unos resultados que son fruto de la colaboración institucional y técnica entre la Corporación insular grancanaria y la Universidad de Castilla-La Mancha.
La muestra, integrada por una selección representativa de materiales y de paneles explicativos, permanecerá abierta hasta el 8 de marzo y se complementa con una serie de visitas guiadas dentro del programa Patrimonio Abierto y una conferencia a cargo de los directores científicos de las campañas: el profesor Jorge Onrubia de la Universidad de Castilla-La Mancha, Carmen Gloria Rodríguez Santana, directora del Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada, y el conservador del espacio, José Ignacio Sáenz. Tendrá lugar el martes, 6 de marzo, a las 19.00 horas, con entrada libre hasta completar aforo.
Carlos Ruiz recordó también que el afloramiento de estas tres nuevas estructuras ha justificado y propiciado la ampliación en cincuenta metros de la pasarela sobre la que se desarrollan las visitas por el yacimiento de Cueva Pintada, una intervención que amplía y aporta una nueva visión al público al incluir en su itinerario una panorámica hasta ahora inédita sobre elementos estructurales y otros restos del antiguo poblado de Agáldar.
Morales agregó que, en la misma línea de esta dimensión pública y volcada de manera decidida en la ciudadanía y en la difusión de la historia de Gran Canaria, los registros que se obtienen se incorporan al Sistema de Información Arqueológica y Patrimonial, que dotará al Museo y Parque Arqueológico de un completo sistema documental y, además, de un portal web al que podrá acceder la comunidad científica y el conjunto de la población.
Asimismo, este desafío técnico ya está haciendo posible compartir la práctica y los resultados de las excavaciones arqueológicas con los públicos más diversos a través de distintas iniciativas. Una de ellas es Patrimonio Abierto, una línea que el Servicio de Patrimonio Histórico y Cultural desarrolla para acercar a la ciudadanía todas las intervenciones arqueológicas que se realizan en la isla.
Desde el Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada se han diseñado, además, otros programas como un itinerario específico, ‘La arqueología en Cueva Pintada: de la excavación a la vitrina’, el taller ‘La arqueología en tus manos’ y, desde 2015, el Campus de Arqueología Cueva Pintada, en el que han participado estudiantes de las universidades canarias y de distintos centros universitarios de la Península.