Las obras comenzaron desde principios de noviembre y ya son visibles en el primer tramo de la vía.
Los proyectos que se ejecutan permitirán adaptar las aceras para el tránsito de personas con dificultades de movilidad, además de la colocación de semáforos para el control de velocidad.
La Avenida V Centenario verá mejorada la accesibilidad y la seguridad de vehículos y peatones una vez finalicen los trabajos que se ejecutan desde principios del mes de noviembre. El primer tramo en el que se realizan las tareas de adecuación corresponde con el inicio de esta vía desde la Capitanía Marítima dirección GM-1 – Carretera General del Norte – , espacio en el que ya se están eliminando las barreras arquitectónicas de las aceras y se construyen las bases de los nuevos equipos de control de velocidad.
La actuación que se realiza en esta vía tiene una inversión global -incluida en el Fdcan- de 357.520,88 euros, de los que 145.693,31 euros fueron adjudicados a la empresa Construcciones José Vicente S.L. destinados a mejorar la accesibilidad de la vía. Mientras que 211.827,57 euros están dirigidos a los dispositivos de control de velocidad, cuyos trabajos están a cargo de Lumican S.L.
El presidente del Cabildo, Casimiro Curbelo, recuerda que una vez concluidas las obras se dará respuesta a dos problemas que a diario padecen peatones y conductores que hacen uso de la vía: la inseguridad al cruzar la calzada debido a la velocidad de los vehículos y las barreras arquitectónicas que impiden el paso de personas con problemas de movilidad.
En cuanto a las medidas de control de velocidad, recordó que se trata de un sistema pionero de semáforos que se pondrán en rojo cada vez que se supere la velocidad permitida, penalizando al conductor al tener que dedicar más tiempo en recorrer la Avenida del V Centenario. “Aquel que circule cumpliendo las limitaciones de velocidad hará antes el recorrido”, apunta Curbelo.
Por su parte, el consejero de Carreteras, Aníbal González, detalla que los peatones notarán los cambios. El primero será con la implantación de rampas que permitirán a las personas con sillas de ruedas y carros cruzar la vía. Y el segundo estará en los dispositivos de control de velocidad, un instrumento que posibilitará la colocación de un pulsador para que el semáforo impida el paso de vehículos cuando la gente cruce la carretera.