La tortilla de papas del estresado es una tortilla “no recomendable” porque es comida basura al 90 % gastronómico y en ésta receta estamos hablando de una historia basada en hechos reales, porque es mi parte chunga de la vida.
No es que tenga la nevera vacía porque estamos jodidos, es que a veces pierdo el control del tiempo y una vez al año cuando llego a la casa, encuentro la nevera vacía o casi vacía y como tengo la fea costumbre de comer fuera por obligaciones, sin entrar en detalles, pues pasa lo que pasa.
Cuando llegué a casa con prisas, solamente pude preparar la tortilla de papas del estresado, con tres huevos de gallinas porque son tan pequeños que parecen de palomas, unas papas congeladas, tres trozos de jamonilla que quedaban y un poco de queso amarillo.
Puse la sartén en la cocina con un poco de aceite, para que fuera calentándose mientras bato los huevos y los mezclamos con el jamón y y el queso, para añadir las papas cuando estén fritas.
Pensaba que el aceite del sartén estaba caliente y cuando metí las papas congeladas descubrí que no había encendido la cocina vitrocerámica y sentí hasta el sonido del aceite hirviendo, lo cual demostró que soy un gilipollas estresado.
Tuve que esperar que las papas estén fritas, las mezcle con los huevos batidos y demás. Una vez mezclado, hice la tortilla del estresado, que en resumen fue una birria de tortilla y espero que usted querido lector no haga éste tipo de recetas.
Aquí lo dejo para seguir reflexionando sobre las romerías de los pueblos. Estimado lector, gracias por regalar un poco de tiempo leyendo, el tesoro más valioso del Ser humano, el tiempo pasa y jamás volverá. Juan Santana.
