La comida es el foco de la vida y todo lo demás es imaginación, pero vivimos tiempos de pensar bien que vamos a comer, mirando con lupa los precios de los productos alimenticios, porque cuando entras con veinte euros en cualquier supermercado, sales con una o dos bolsas y mejor que lleves las bolsas de casa para ahorrarte la famosa pregunta, “¿Quieres bolsa?”.

Vivimos tiempos en muchas partes del mundo donde corre el dinero, pero nos cuesta dormir especialmente a las personas sensibles que tragamos día tras día noticias tóxicas nacionales y internacionales, porque gran parte de la raza humana goza disfrutando con las noticias y los programas de mierda.

Los magazines típicos donde salen los famosos mintiendo a sus parejas o los programas donde tenemos a cuatro o cinco tertulianos enfrentados con cualquier tema, gritando mutuamente y todos convencidos de llevar el poder de la razón.

Programas donde están hablando de la guerra de Rusia, Ucrania, España y todos los que participan de cualquier forma y contactan con un pijo treintañero con un subtítulo debajo que dice, “Fulanito de tal, Experto en guerra”, cuando ese no sabe ni lo que es una escopeta de perdigones del cuatro y medio, ¡Que si Carmensa!.

Pero saldré de ésta rotonda y te diré cómo preparar unos buenos espaguetis con papas fritas para que te jartes como una cochina del Cabildo.

Preparas una buena fritura con aceite, ajo, cebolla, un poquito de sal y carne molida.

Cuando esté bien frito y huela que alimenta añades el agua, para cuando esté hirviendo metas los espaguetis.

Lee bien la cantidad de agua y el tiempo de cocción para que salga perfecto.

Fries unas papas que puedes ponerle mayonesa y salsa tomate, sin miedo al éxito de engorde, porque ya vendrán tiempos de hambrunas o prácticas deporte y recuerda que a los espaguetis los bañas con queso picado.

Acompaña éste plato con agua o refresco y aquí lo dejo para seguir reflexionando sobre las romerías de los pueblos.

Estimado lector, gracias por regalar un poco de tiempo leyendo, el tesoro más valioso del Ser humano, el tiempo pasa y jamás volverá. Juan Santana.