Una amiga ayer regaló esta palabra para componer una canción y me gusta “Coronabicho” porque tiene su encanto. Además resulta, que hizo que tenga un come coco y un compromiso, especialmente con la creadora, porque cómo dijo el poeta “Siempre queda la palabra”.
La canción tendrá que llevar una melodía alegre, simpática y cargada de energía. A la misma vez, tendré que ser responsable y respetuoso, para no dañar la imagen, especialmente de las almas que nos rodean y siempre nos acompañan, pero solamente las sentimos aquellas personas que creemos con todo el amor del mundo.
La letra voy a inspirarla en que el Coronabicho, ha sido una patada invisible a la raza humana, para que obligatoriamente reflexione y se demuestre a si mismo quién es.
Si es medianamente inteligente pasará por un tiempo de cicatrización y asimilar en muchos casos que ya es tarde para dar marcha atrás.
La base de las personas es una familia unida, porque esa es la columna qué mantiene el cerebro funcionando bien, porque el cerebro es la central lechera.
La canción será entremezcla de alegrías y tristezas porque las nuevas generaciones comienzan a Vivir un Mundo Nuevo, qué no será mejor ni peor, será diferente. Muchos animales comenzarán a ser libres, porque irremediablemente sus dueños o amos o amigos, no podrán alimentarlos y abrirán sus jaulas.
Ahora toca cantar una canción dónde nombre a quien jamás trabajó porque decía que no valía la pena y a veces me duele darles la razón.
Estimado lector, gracias por regalar un poco de tiempo leyendo, el tesoro más valioso del ser humano, el tiempo pasa y jamás volverá.
Por: Juan Santana.
