Noticias Tenerife Jesús Millán Muñoz | “La Confesión Negativa y los 42 mandatos”

Jesús Millán Muñoz | “La Confesión Negativa y los 42 mandatos”

Según el Libro de los Muertos de los egipcios, el ser humano ante el juicio de los dioses, tiene que examinarse de 42 mandatos ante Osiris en la Sala de la Verdad-Justicia, que se le presentan en forma negativa.

En el mundo occidental antiguo, podríamos indicar cuatro grandes códigos morales: el de Hammurabi, la Confesión Negativa, las leyes de Noé o noajitas y por último los Mandatos de Moisés o los 613 Mandatos de la Torá.

Existen varias traducciones de estos mandatos negativos o presentados estas normas morales y éticas, hoy diríamos naturales-sociales, o naturales-morales, o morales-espirituales, entre otros estarían los siguientes:

– No he causado sufrimiento a los hombres.

– No he empleado la violencia con mis parientes.

– No he sustituido la Injusticia a la Justicia.

– No he frecuentado a los malos.

– No he cometido crímenes.

– No he hecho trabajar en mi provecho con exceso.

– No he intrigado por ambición.

– No he maltratado a mis servidores.

– No he blasfemado de los dioses.

– No he privado al indigente de su subsistencia.

– No he cometido actos execrados por los dioses.

– No he permitido que un servidor fuese maltratado por su amo.

– No he hecho sufrir a otro.

– No he provocado el hambre.

– No he hecho llorar a los hombres, mis semejantes.

– No he matado, ni ordenado matar.

– No he provocado las enfermedades entre los hombres.

– No he sustraído ofrendas de los templos.

– No he robado los panes de los dioses.

– No he tratado de aumentar mis dominios empleando medios ilícitos, ni de usurpar los campos de otro. ..

– No he quitado la leche de la boca del niño.

Otras traducciones de estos mandatos explican algunos de estas normas con esta interpretación. Entre otros:

– No he obrado con falsedad.

– No he robado.

– No he guardado rencor, ni creado enemigos donde no los había.

– No he asesinado.

– No he distorsionado el discurso.

– No he dicho mentiras.

– No he robado ofrendas.

– No me he degradado, ni desagradado a mi mismo.

– No he fornicado con menores.

– No he sido corrupto.

– No maté a ningún animal sagrado.

– No me he lastimado a mi mismo con mentiras.

– No he sido usurero del grano.

– No me entrometí en cosas ajenas.

– No redivulgado secretos.

– No he confundido.

– No he discutido sin razón.

– No he copulado con la esposa de otro hombre.

– No he tenido sexo indiscriminado e insensible.

– No he aterrorizado a las personas.

– No transgredí nada.

– No me he consumido a mi mismo por odio.

– No he causado sufrimiento o tristeza.

– No he sido rencoroso.

– No he causado tumulto o, y conflictos.

– No he sido impaciente.

– No transgredí mi condición de encolerizarme contra dios.

– No he hablado de más.

– No me he llevado hacia el mal, no he hecho el mal.

– No insulté al rey.

– No he exaltado mi propia voz.

– No blasfemé contra dios.

– No me comporté con insolencia.

– No hice excepciones en mi favor.

– No he malversado las tortas ofrendadas.

– No calumnié a dios en mi ciudad.

– No he matado el rebaño divino.

Este código moral-religioso, nos presenta unos mandatos éticos-morales-religiosos. En definitiva, nos enfrentamos a una de las grandes cuestiones morales, que se puede presentar de este modo: ¿Determinadas normas morales y éticas, son normas naturales, es decir, de la naturaleza humana? ¿Qué la humanidad ha ido descubriendo muy poco a poco?

¿Y, a su vez, éstas se presentan, en cuatro formas, diríamos en códigos morales, que diríamos que son filosóficos o protofilosóficos? ¿O se presentan en formas morales-religiosas o espirituales, es decir, desvelados o revelados por un dios o los dioses de la ciudad? ¿O, y se muestran como código morales jurídicos o legales, que son el fundamento de una sociedad, en una época o tiempo? ¿O, y son presentados como normas morales-sociales o de la sociedad, en general, que ha ido aceptando y adaptando y materializando y aplicando…?

¿O, posiblemente las grandes normas morales, son a su vez, una combinación derivada de la Naturaleza o la Naturaleza humana, además del razonamiento y experiencia humana, de la impronta religiosa o espiritual, de los códigos jurídicos, de las costumbres sociales, etc.?

En unos tiempos actuales, que tanto se duda de las normas morales y éticas, naturales y universales, de la necesidad imperiosa para la humanidad que fijemos un mínimo moral y ético universal, quizás, estas normas morales, las llamadas de la Confesión Negativa, o las de Moisés, o los 613 Mandatos de la Torá, o las del Código de Hammurabi, o las noajitas o de Noé, deberían ser un motivo de constante reflexión.

Al final, una sociedad, no solo se mantiene y existe, por sus grandes códigos jurídicos, ni sus grandes principios constitucionales, sino porque una gran parte del pueblo, sigue y defiende, en la teoría y en la práctica, unas normas morales, incluso aunque exista mucha tolerancia. En definitiva, que el bien moral sea bien moral, y el no-bien moral, sea no bien-moral. Aunque exista mucha tolerancia social…

http://www.facebook.com/cuadernossoliloquiosjmm © jmm caminero.

Por: Jesús Millán Muñoz.

 

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