A la hora de vender nuestro móvil, uno de los aspectos más importantes es ponerle un precio adecuado.

Si lo tasamos demasiado alto, puede que nadie se interese. Si lo valoramos por debajo de lo justo, perderemos dinero.

Por eso, es fundamental hacer un pequeño análisis previo que nos ayude a establecer un precio realista, competitivo y acorde al estado del dispositivo.

Investigar el precio de mercado

El primer paso es investigar cuánto están pidiendo otras personas por un móvil igual o similar al nuestro.

Podemos consultar plataformas como CertiDeal o foros especializados. Es importante fijarnos no solo en el modelo, sino también en su capacidad de almacenamiento, el estado físico y si incluye accesorios.

Así tendremos una idea clara de por dónde se mueve el mercado y evitaremos poner un precio fuera de lugar.

Valorar el estado físico y funcional

El estado del móvil influye muchísimo en su valor. Un dispositivo en perfecto estado, sin arañazos y con todos sus componentes funcionando, puede venderse por un precio más alto.

En cambio, si tiene marcas de uso, la pantalla está rayada o algún botón falla, tendremos que rebajar nuestras expectativas. También conviene comprobar si la batería sigue rindiendo bien, ya que esto es algo que los compradores valoran mucho.

Tener en cuenta la antigüedad y el modelo

No es lo mismo vender móvil de hace seis meses que uno de hace cinco años. Aunque esté en muy buen estado, la tecnología se deprecia con rapidez.

Por eso, debemos revisar qué año se lanzó el modelo, si sigue recibiendo actualizaciones y si todavía se vende nuevo. Cuanto más reciente y demandado sea el móvil, mayor será su valor de segunda mano.

Si se trata de un modelo descatalogado o con un sistema operativo desactualizado, el precio deberá ajustarse en consecuencia.

Incluir o no los accesorios originales

El precio también puede variar dependiendo de si entregamos el móvil con sus accesorios originales: cargador, caja, auriculares, fundas, etc. Si los tenemos en buen estado, es recomendable incluirlos, ya que aumentan el atractivo del anuncio.

Incluso pequeños detalles, como conservar el ticket de compra o el embalaje original, pueden marcar la diferencia y justificar un precio ligeramente más alto.

Dejar un pequeño margen para la negociación

En la compraventa de móviles de segunda mano es habitual que el comprador intente negociar. Por eso, puede ser buena idea fijar un precio ligeramente superior al mínimo que estamos dispuestos a aceptar.

Así dejamos margen para una pequeña rebaja sin sentir que perdemos valor. Eso sí: el precio inicial debe seguir siendo razonable para no espantar a posibles interesados desde el principio.

En resumen, fijar el precio correcto antes de vender nuestro móvil es una decisión estratégica que puede marcar la diferencia entre vender rápido o quedarnos semanas esperando.

Con estos consejos, podremos calcular un precio justo, competitivo y adaptado a las condiciones reales del dispositivo. Además, así, maximizaremos las probabilidades de venta y sacaremos el mejor provecho posible.