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Los nuevos proyectos cinematográficos que se impulsan gracias a la blockchain

Una de las formas en que la tecnología blockchain puede cambiar y trascender en nuestra actualidad es en el cine con la introducción de los llamados tokens no fungibles (NFT).

Impulso cinematografico

Un NFT es un token digital único que se puede usar para representar un activo digital, ya sea una obra de arte, un documento o una pieza de contenido audiovisual. Estos tokens no fungibles permiten a los usuarios comprar, vender o intercambiar contenido de manera segura, similar a como lo harían con un activo físico.

Astrolucha, una colección de tokens utilitarios no fungibles (NFT) diseñada para ayudar a financiar películas, series de televisión y otros medios menos populares, surge como una solución para los problemas de representación de grupos minoritarios en los medios de comunicación. El proyecto se basa en el concepto de Web 3.0, y busca democratizar el cine para permitir que todos tengan la oportunidad de contar sus propias historias.

Astrolucha es un proyecto innovador que se espera que ayude a romper el techo de cristal del cine y permita la inclusión y representación de grupos minoritarios. Tal como redactan en su web su misión la definen como “Nuestra misión es desafiar la industria del entretenimiento financiando cómics, novelas gráficas, juegos, podcasts, películas y series, y convertirnos en el A24 de las películas criptofinanciadas“.

La tecnología blockchain, uno de los temas más populares en la actualidad.

Esta innovación tecnológica se ha desarrollado rápidamente en los últimos años y ahora está presente en muchas industrias. La tecnología blockchain es un tipo de registro distribuido, que permite a los usuarios compartir y almacenar datos de forma segura y transparente.

Esta tecnología se está utilizando para una variedad de propósitos, desde el ahorro de tiempo en los procesos de negociación hasta el uso de criptomonedas y la creación de aplicaciones descentralizadas; como Ethereum que basa su protocolo en la DApps (aplicaciones descentralizadas), que enfocan su metodología en las cadenas de bloques como almacenaje de la información o la implementación en casinos para registrar a los usuarios. Asimismo, se vincula mediante la blockchain con el nuevo reglamento eIDAS2, que tendrá vigencia en todos los estados miembros de la Unión Europea a partir de 2023.

Este reglamento busca lograr que cada ciudadano europeo tenga una identidad crypto digital que sea reconocida en cualquier lugar de la UE mediante la tecnología Blockchain, que copia la metodología de los casinos online nuevos en casinos-seguros los cuales respaldan esta tecnología de registro de usuarios para gestionar mejor sus bases de datos de clientes. La iniciativa también está emparejada con el Banco de España, que ha publicado una convocatoria para un programa piloto de una CBDC (Moneda Digital del Banco Central) conjunta.

Blockchain en el punto de mira de UE

El nuevo reglamento de la UE podría hacer indispensable la blockchain para la identidad digital. Esta regulación permitiría a las personas y empresas utilizar sus propios sistemas nacionales de identificación electrónica (eID) y acceder a los servicios públicos disponibles en línea en otros países de la UE. Esta regulación también crearía un mercado interior europeo para los servicios de confianza al garantizar que funcionarían a través de las fronteras.

Además, esta regulación podría servir como acompañamiento al proyecto de moneda digital del Banco Central (CBDC). El Banco de España, por ejemplo, acaba de publicar una convocatoria hacia entidades financieras y proveedores de soluciones de tecnología interesados en participar de un programa piloto de una CBDC mayorista.

Es evidente que el nuevo reglamento de la UE hará indispensable el uso de blockchain para la identidad digital. Esta tecnología permitirá a sus titulares identificarse tanto online como offline, y utilizar información civil, administrativa, fiscal, bancaria o universitaria para acceder a servicios públicos y privados. Esto permitirá a la Unión Europea alcanzar su objetivo de contar con un sistema de identificación europeo (e-ID) y que el 80% de los ciudadanos de la Unión cuente con él para el año 2030.

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