Jorge Hernández Mesa, presidente de Liberación Canaria (LC) en Guía de Isora, ha denunciado recientes actos de vandalismo que involucran el vuelco de contenedores de basura en playas públicas tinerfeñas, como La Jaquita. Desde su perspectiva, estos actos tienen varias repercusiones negativas en términos medioambientales, sociales y de salud pública.
En cuanto al impacto medioambiental, Hernández Mesa destaca que “la contaminación repercute en la arena, aunque sea en zonas parciales de la playa”. La basura volcada puede terminar en el mar por ráfagas de viento u otras razones, afectando también a la calidad del agua y dañando los ecosistemas marinos. Además, la arena se ve afectada por la contaminación, lo que puede dañar a pequeñas aves e invertebrados que pueden ingerir tóxicos. “Los equilibrios de los ecosistemas son importantes”, subraya.
Hernández Mesa también recuerda que “los residuos plásticos y otros desechos que podrían acabar en el mar pueden ser ingeridos por animales marinos, causándoles graves consecuencias”. Los microplásticos derivados de la degradación de basura plástica también pueden ser ingeridos por organismos marinos, entrando así en la cadena alimentaria.
Liberación Canaria advierte que “estos actos que parecen simples actos de gamberros pueden tener consecuencias serias para todos”. La organización entiende que hay que luchar contra estos actos que conllevan la degradación del entorno y suponen una falta de respeto cívico a la convivencia social madura y saludable.
La basura en la playa afecta la belleza y el atractivo natural del lugar. Una playa sucia puede reducir la calidad de vida de los habitantes locales que la utilizan para recreación y esparcimiento. Además, estos actos incrementan los costes de limpieza, ya que la corporación local debe destinar recursos adicionales para limpiar la basura y restaurar la playa. “Lo público hay que cuidarlo y protegerlo porque es de toda la comunidad de Guía de Isora”, afirma Hernández Mesa.
Liberación Canaria también señala que “este tipo de acciones generan una percepción negativa de seguridad en la comunidad, afectando negativamente el bienestar y la cohesión social”. Los posibles riesgos sanitarios son evidentes, ya que los desechos orgánicos y otros residuos en la arena pueden ser focos de infección, albergando bacterias y otros patógenos que pueden causar enfermedades.
Además, la basura puede atraer roedores y otros animales que son vectores de enfermedades. La presencia de posibles objetos peligrosos como vidrios rotos o latas puede causar heridas en las personas que visitan la playa. La descomposición de desechos orgánicos genera malos olores y libera gases tóxicos, afectando la calidad del aire del entorno.
Para mitigar estos actos en el futuro, Liberación Canaria propone varias medidas:
- Aumento de la Vigilancia: Implementar mayor vigilancia y patrullaje en las áreas de la playa para prevenir actos de vandalismo.
- Campañas de Concienciación: Realizar campañas educativas para informar a la comunidad sobre los impactos negativos del vandalismo y la importancia de mantener limpias las playas.
- Mejora de Infraestructuras: Colocar contenedores de basura seguros y resistentes al vandalismo y mejorar las instalaciones de reciclaje en las áreas de la playa.
- Participación Comunitaria: Involucrar a la comunidad local en actividades de limpieza y mantenimiento de la playa para fomentar el sentido de responsabilidad compartida.
Jorge Hernández Mesa concluye en que el abordaje de estos problemas requiere un esfuerzo conjunto de las autoridades locales, la comunidad y las organizaciones medioambientales para “proteger y preservar las playas como La Jaquita, garantizando su disfrute para las generaciones futuras”.
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