Un grupo de pescadores de diferentes colectivos se concentró el sábado 15 de abril frente a la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife para protestar contra los proyectos de parques eólicos marinos que el Gobierno ha autorizado en la costa sur de la isla.

Los manifestantes consideran que estas instalaciones supondrán el fin de la pesca artesanal, que es el principal medio de vida de muchas familias de los núcleos de Las Maretas, Las Arenas y Tajao, en el municipio de Arico.

Los pescadores aseguran que no están en contra de las energías renovables, pero que los aerogeneradores flotantes o fijos que se pretenden instalar en el mar tendrán un impacto negativo sobre la fauna marina y el paisaje. Además, denuncian que no se ha contado con su opinión ni se han realizado estudios ambientales previos.

Entre los asistentes a la manifestación se encontraban el candidato a la alcaldía de Arico por CC, Víctor García, y la militante del mismo partido, Davinia García. Ambos expresaron su rechazo a los parques eólicos marinos y su apoyo al sector pesquero.

Víctor García afirmó que desde Arico están en contra de la “invasión” de aerogeneradores que acabarán con la pesca artesanal y el sustento de decenas de familias como las que componen la Cofradía de Tajao.

Davinia García, por su parte, señaló que como exconcejala de sector primario conoce las dificultades que tienen los pescadores para desempeñar su labor y que no puede permitir que este tipo de proyectos acaben con una actividad respetuosa con el medio ambiente.

Los proyectos que más preocupan a los pescadores se ubicarían frente a las localidades de Tajao, Las Maretas, Las Eras y Porís de Abona.

Estos proyectos forman parte del Plan de Ordenación del Espacio Marítimo (POEM) que el Gobierno aprobó el martes pasado y que reserva 561 kilómetros cuadrados para el desarrollo de parques eólicos marinos en Canarias. En Tenerife, hay dos zonas autorizadas: TEN1 y TEN2, que suman 92,10 kilómetros cuadrados y abarcan los municipios de Granadilla de Abona, Arico, Fasnia y Güímar.

Los promotores de los parques eólicos marinos defienden que son una forma de energía limpia y sostenible que contribuye a la transición ecológica y al desarrollo económico. Sin embargo, los pescadores no están dispuestos a renunciar a su modo de vida y exigen que se respete su derecho a trabajar en el mar.