El Ayuntamiento de Arona, a través de la concejalía de Medio Ambiente, Sostenibilidad y Servicios Públicos, está abordando uno de los temas más preocupantes tanto para la administración local como para diversos ciudadanos y grupos: la cuestión de los desechos y la micción de los perros y su impacto en la higiene y la calidad de vida en el municipio, debido al abandono de estos residuos en áreas públicas, especialmente en parques infantiles, jardines, aceras, plazas y fachadas.
Clari Pérez, la concejala de Medio Ambiente, Sostenibilidad y Servicios Públicos, ha señalado que “no podemos permitir que, debido a la conducta incívica de algunos propietarios de perros, nuestro entorno siga deteriorándose de esta manera, sin mencionar los serios problemas de salud pública que estos comportamientos pueden generar”.
“Es inaceptable que nuestros niños no puedan jugar en los parques infantiles porque están llenos de excrementos y orines de perros, ya que sus dueños los llevan allí diariamente para que hagan sus necesidades, al igual que sucede en muchos de nuestros jardines, plazas, aceras y fachadas de edificios”.
La Ley de Bienestar Animal, en vigencia desde el 29 de septiembre pasado, va más allá.
El capítulo II, artículo 26, establece lo siguiente: “Los dueños o personas que conviven con animales de compañía tienen el derecho a disfrutar responsablemente de su compañía y la obligación de protegerlos, cumpliendo lo establecido en esta ley y en las normativas correspondientes, en particular: evitar que los animales depositen sus excrementos y orines en lugares transitados por otras personas, como fachadas, puertas o entradas a establecimientos, procediendo siempre a su eliminación o limpieza con productos biodegradables“.
Por lo tanto, es claro que resulta obligatorio para los propietarios impedir que sus perros dejen excrementos (así como orines) en lugares de paso.
Respecto a las micciones, deben evitar que se realicen en puertas y fachadas. En caso de que no puedan prevenirlo, deben retirar los orines utilizando productos biodegradables.
La sección de sanciones e infracciones de la Ley 7/2023 establece que se consideran infracciones leves aquellas conductas, por acción u omisión, que impliquen “el incumplimiento de las prohibiciones y obligaciones estipuladas en esta ley”.
En este sentido, el hecho de que los perros depositen sus excrementos en lugares de paso se considera una infracción leve según la Ley de Bienestar Animal, con multas que oscilan entre 500 y 10,000 euros.
Paralelamente, desde el ayuntamiento se llevarán a cabo campañas de concienciación sobre la importancia de cumplir con las normativas de responsabilidad individual que incumben a los dueños de mascotas, con el propósito de mejorar la convivencia en las áreas residenciales de Arona.
“También debemos enfocarnos en la creación de parques caninos, ofreciendo así espacios apropiados para que los ciudadanos cuenten con áreas destinadas a que los perros satisfagan ciertas necesidades, como socializar, hacer ejercicio y pasear sin correa, todo ello manteniendo buenas condiciones de higiene y seguridad”, afirmó Clari Pérez.