Más de 5.000 personas se dieron cita este domingo 4 de mayo en el Pabellón Santiago Martín para disfrutar de la segunda edición de La Quedada del Año 2025, el mayor festival de humor de Canarias.
Organizado por Palante Producciones, con Darío López a la cabeza, el evento reunió a 9 de los cómicos más destacados del Archipiélago, quienes lograron arrancar carcajadas durante casi dos horas y media.

En esta ocasión, pasaron por el escenario, en el siguiente orden: Kike Pérez, Delia Santana, Víctor Lemes, Abián Díaz, Petite Lorena, Darío López, Ignatius Farray, Carlos Pedrós y Arístides Moreno, protagonizando una noche inolvidable (y ya van dos) con todas las entradas agotadas.
Los humoristas aprovecharon este espacio para mostrar sus respectivos estilos, sin restricciones, incluso con toques de lo políticamente incorrecto.
Como sorpresa musical, la cantautora grancanaria Mel Ömana (nombre artístico de Melodía Pérez), conocida por ser finalista del Benidorm Fest de este año, deleitó al público con su actuación.
El espectáculo fue patrocinado por la recientemente reabierta Librería del Cabildo de Tenerife y el Gobierno de Canarias, con la colaboración de diversas empresas como Tirma (que distribuyó más de 5.000 de sus populares ambrosías), Munchitos, Clipper, Dorada, JFT, Ikea, I Love The World y Reformas Globarq.
El espectáculo arrancó con una entrada triunfal de los humoristas, que parodiaron el famoso evento de boxeo amateur La Velada del Año, para dar paso a un auténtico maratón de risas. El encargado de abrir la noche fue Kike Pérez, presentado por Darío López como “un peso pesado, cada vez menos, de la comedia”, en referencia a su notable pérdida de peso en los últimos años.
El humorista conejero desplegó su conocido “instinto musical”, animándose a interpretar varios boleros junto al público. Entre canciones, bromeó sobre los tropiezos de la generación no digital frente a las nuevas tecnologías y sobre su propio TDH, al que describió con humor como lo que antes se llamaba “niño desinquieto”.
La grancanaria Delia Santana tomó el relevo, adelantando entre risas que no haría chistes “tóxicos”, sino inocentes ocurrencias infantiles. Sin embargo, terminó cosechando una ovación con su mordaz repaso a temas como el tráfico en Tenerife, la crisis de la vivienda —“¿Cuál es el colmo de una vivienda? Que se regule”— y la pobreza, así como la gestión política de estos problemas.
El cantautor y humorista Víctor Lemes cerró la velada con un repertorio de breves canciones “basadas en desechos reales”. Subió al escenario con el pantalón accidentalmente roto por detrás y conquistó al público con temas que abordaron con humor las fiestas canarias de trasfondo picante, como “los polvos en Los Indianos”. El público no tardó en sumarse a coro a sus pegadizos estribillos.
El humor lagunero tuvo un papel destacado en la gala gracias a Abián Díaz, quien logró sorprender al público al aparecer disfrazado de Auri, la mascota del Laguna Tenerife, el equipo de baloncesto de la Liga ACB que juega en el Pabellón Santiago Martín. Con su papel de bufón travieso, que parecía un niño revoltoso saltándose el guion, Díaz provocó las carcajadas del público con ocurrencias como: “¿Se han dado cuenta de que no muere ningún Sabandeño?”, una divertida referencia a la longevidad del emblemático grupo folclórico canario.
El momento más ovacionado fue para Petite Lorena, que conquistó al público con su sarcasmo sobre la vida y la sociedad vistos desde la perspectiva de una mujer de El Paso. “Soy soltera y me interesan sobre todo hombres con viviendas vacacionales”, lanzó la humorista palmera. Como suele hacer en sus actuaciones, también dedicó unas palabras a su isla natal, a la que definió como “la cuna de la comedia”.
La noche alcanzó uno de sus picos de humor con Ignatius Farray, quien desató las carcajadas con su monólogo cargado de filosofía e irreverente humor absurdo. Darío López lo presentó como “mencey en el exilio” antes de darle paso al escenario al son de tajaraste.
Ignatius arrancó pidiendo un aplauso para la espectadora que el año pasado se desmayó durante su actuación y que en esta edición volvió como “superviviente de la comedia”. El cómico aseguró que quería “arriesgar” con lo políticamente incorrecto, consciente de que el público “le da a los cómicos un margen”. Cerró su intervención revelando el epitafio que desea para su tumba: “Se veía venir”.
Darío López, alma mater de Palante Producciones y principal impulsor del festival, protagonizó uno de los momentos más esperados de la noche al desgranar en su monólogo divertidas historias cotidianas, siempre marcadas por el inconfundible acento canario. Entre ellas, destacó su relato sobre el gimnasio de La Verdellada, “donde la gente viste con ropa tan apretada que va envasada al vacío o como un chorizo de perro”. Además, no perdió la oportunidad de lanzar una pulla sobre el rodeo que obliga a dar la nueva rotonda del Padre Anchieta para los peatones.
López también rindió homenaje a las madres, pidiendo un aplauso para ellas al celebrarse el festival el Día de las Madres, recordando que son quienes hacen que las personas “tengan un poco de fundamento”.
Aunque este año el grupo Abubukaka no formaba parte del cartel, estuvo presente a través de un vídeo proyectado durante el evento. Además, uno de sus integrantes, Carlos Pedrós, subió al escenario para sorprender al público con malabarismos y una batucada improvisada con sintetizador que desató el entusiasmo de los asistentes.
El cierre de la noche estuvo a cargo de Arístides Moreno, quien, guitarra en mano, interpretó canciones cargadas de humor y reflexión, entre ellas una sobre “las experiencias cercanas a la muerte” y los “espectros” que en el cementerio “se pegan la buena vida”, obra con la que, según confesó, le habría gustado ganar el festival de la OTI. Moreno dedicó esta pieza a Manuel, el enterrador de Agaete.
La Quedada del Año 2025 concluyó con una imagen tan emotiva como festiva: miles de linternas de móviles iluminando al ritmo de Felicidad, la pegadiza canción de Arístides Moreno, mientras todos los humoristas regresaban al escenario para despedir la velada.

Entre los rostros conocidos que se dieron cita destacaron el chef Seve Díaz y el director de cine documental David Baute, reciente ganador de un premio Goya.
El espectáculo dejó un excelente sabor de boca y un público volcado con los artistas, tanto que Palante Producciones ya valora la posibilidad de celebrar una tercera edición en 2026, consolidando así este encuentro como uno de los grandes eventos humorísticos del calendario canario.