Este lunes, 20 de enero, se celebró una de las festividades más antiguas de la isla, San Sebastián, cuyo origen se remonta al siglo XVIII, en un lugar de culto previo a la Conquista. A lo largo de los siglos, la festividad ha evolucionado adaptándose a nuevas costumbres. Miles de personas se dieron cita en La Caleta para disfrutar tanto de la ceremonia litúrgica como de la bendición de animales, que tuvo lugar después de la procesión por la playa de La Enramada. Este año, más de cien caballos participaron en el evento, siendo supervisados en todo momento por veterinarios para asegurar su bienestar.

Los actos comenzaron a las 12:00 horas en la iglesia de San Sebastián, y la celebración continuó en la playa de La Enramada. Según el alcalde de Adeje, José Miguel Rodríguez Fraga, “es la fiesta del pueblo, una festividad absolutamente popular, en la que confluyen multitud de personas en torno a un elemento común: San Sebastián”.

El alcalde también destacó que “es una celebración que une dos culturas: la cultura guanche y la de los conquistadores, se sabe que este lugar siempre tuvo importancia, entre otras razones, porque había agua, y aquí se llevaban a cabo actividades fundamentales. El 20 de enero es un día profundamente significativo para toda la gente del sur, con un gran sentido antropológico e histórico. Esta celebración forma parte de nuestra identidad, tanto en lo profundo como en lo colectivo. Además, se entremezcla con las distintas nacionalidades que hoy comparten este espacio y esta fiesta con nosotros. Esto resalta el carácter diverso y rico de nuestra tradición”.

Rodríguez Fraga también aprovechó la ocasión para enviar un mensaje especial: “Este día es motivo de felicitación y de ánimo para toda la gente que viene a compartir con nosotros. También es un momento para recordar, con especial cariño, a aquellos que no pueden estar aquí. Por eso, mi recuerdo también va para aquellos que están lejos, especialmente para quienes se encuentran en Venezuela, que están pasando momentos difíciles. Sé que, a pesar de la distancia, viven esta fiesta con el mismo entusiasmo”.

La misa solemne en la iglesia de San Sebastián fue seguida por la procesión hacia la playa de La Enramada. Más de cien caballos, cabras, ovejas, perros, burros, camellos, ponis y aves, todos acompañados por sus propietarios, tomaron parte en la festividad, siendo atendidos de acuerdo a las normativas de bienestar animal.

Uno de los momentos más esperados de la celebración fue la tradicional entrada de los jinetes al mar, que se desarrolló bajo la supervisión de socorristas, policía local, nacional y personal sanitario. Posteriormente, la imagen de San Sebastián fue trasladada a la zona de El Humilladero y luego a la plaza que lleva su nombre, donde se realizó la bendición de los animales.

El día anterior, 19 de enero, la festividad contó con una misa cantada por el grupo “Mesturao”, una pequeña procesión acompañada por la Banda del Patronato Musical de Adeje y la actuación de la Parranda Bentahod.

Este año, más de cien caballos, así como cabras, ovejas, perros, burros, camellos, ponis y aves, se inscribieron en la celebración, siendo acompañados por sus dueños y debidamente atendidos. Para asegurar que los animales de mayor tamaño se mantuvieran en condiciones óptimas, la organización habilitó diversas zonas con sombra y agua. Además, se dispuso de personal veterinario a lo largo de la festividad.

La procesión siguió su curso por la plaza hasta llegar a la playa de La Enramada, donde los jinetes realizaron la tradicional entrada al mar. En todo momento, estuvieron presentes socorristas, policía local, policía nacional y personal sanitario. Tras la reverencia al mar, la comitiva se dirigió a El Humilladero y luego a la plaza de San Sebastián para la bendición de los animales.

Como en ediciones anteriores, se contó con puntos de comida a cargo de las comisiones de fiestas de los barrios de Adeje, además de otras opciones gastronómicas ofrecidas por bares y restaurantes locales. La convivencia y el ambiente tranquilo fueron la tónica general de la celebración, que reunió a familias, grupos de amigos y personas de todas las edades, orígenes y culturas.

Este año, el Mirador de La Paloma fue uno de los lugares más destacados para disfrutar de las habilidades de los caballos y jinetes en el mar. Además, como en años anteriores, el Ayuntamiento habilitó una zona reservada para personas con movilidad reducida, garantizando visibilidad y accesibilidad para todos.

Dado el carácter multitudinario de la festividad, el Ayuntamiento implementó un dispositivo de seguridad que incluyó la participación de la Policía Local, Policía Nacional, Guardia Civil, Policía Canina, salvamento, socorrismo, Protección Civil, ambulancias y personal público. También se delimitó una zona de aparcamientos, liberando las principales vías para garantizar un flujo adecuado tanto de peatones como de vehículos. Asimismo, se acordonaron las áreas donde se ubicaron los animales y se dispuso de personal veterinario para velar por su bienestar.

Desde el consistorio se ha destacado el comportamiento ejemplar de la ciudadanía, sin incidentes que lamentar, y se ha agradecido la responsabilidad demostrada por los participantes en el cuidado de sus mascotas.