En Arona, las actividades conmemorativas por el centenario del nacimiento de Eduardo Oramas Alayón, distinguido con la Medalla de Oro del municipio de Arona y reconocido como Hijo Ilustre de Tenerife, han sido un rotundo éxito y un estímulo significativo.
Estas jornadas no solo han resaltado su valiosa contribución a la preservación y difusión de la cultura y tradiciones locales, sino que también han suscitado una mayor conciencia sobre la importancia de salvaguardar nuestras raíces.
Este hecho se hizo evidente durante el último día, cuando se otorgaron reconocimientos a las escuelas participantes en el Primer Encuentro Nacional e Internacional de Jugadores del Palo.
Fue una tarde emotiva con la presencia de la alcaldesa de Arona, Fátima Lemes, quien expresó su agradecimiento por “el trabajo fundamental que realizan estas escuelas, ya que transmitir este legado a las nuevas generaciones es crucial, al igual que valorar el invaluable legado dejado por Eduardo Oramas Alayón“. Este gesto de reconocimiento al maestro se transformó en un prolongado y cálido aplauso al finalizar el evento.
La asociación Patrimonio Sur, en colaboración con la Concejalía de Patrimonio Histórico y el Patronato de Cultura del Ayuntamiento de Arona, ha llevado a cabo un homenaje al destacado maestro del Juego del Palo y de la Mano, Eduardo Oramas Alayón, quien dejó un legado cultural y etnográfico de gran importancia.
Este tributo, realizado en El Fraile, ha abarcado diversas actividades, como la liberación de palomas, la revelación de un cuadro conmemorativo, la proyección de un documental y la película inédita ‘Don Eduardo’, acompañadas de música con sus tradicionales coplas. También se presentaron 24 paneles informativos sobre su técnica de defensa personal con palo y mano, se realizó un concurso fotográfico y se presentó un libro dedicado a este ilustre personaje.
Es especialmente notable la participación entusiasta y emotiva del grupo folclórico Punta Rasca, cuyo director fue Eduardo Oramas Alayón, así como la colaboración de varios grupos folclóricos, el Club Colombófilo de Arona y una gran cantidad de ex alumnos de la Escuela del Palo y la Mano de Don Eduardo. Además, familiares, amigos y personas que han ampliado sus conocimientos etnográficos gracias a este destacado vecino de Arona, quien ha dejado una huella profunda en la comunidad.
