Un amplio grupo de 27 colectivos ecologistas, clubes de surf y asociaciones de Tenerife ha expresado su firme rechazo al proyecto turístico Underwater Garden, impulsado por Marc García-Durán, y ha exigido su cancelación inmediata. A través de un manifiesto conjunto, denuncian el impacto ambiental, social y económico que este proyecto causaría en la costa de la isla tinerfeña y piden un cambio en la gestión del territorio insular.
Según los colectivos firmantes, el proyecto no es una iniciativa de regeneración marina, sino un parque temático dirigido al turismo de alto poder adquisitivo. Aseguran que, en Canarias, proyectos similares han generado infraestructuras turísticas que han tenido consecuencias irreversibles sobre el paisaje y los ecosistemas. En este sentido, sostienen que el uso de términos como “sostenibilidad” o “regeneración” oculta el carácter especulativo del proyecto.
Aunque reconocen la validez de la investigación sobre restauración ecológica, señalan que Canarias ya dispone de un modelo probado para la recuperación de ecosistemas marinos: las reservas marinas. Estas, según indican, han demostrado ser la estrategia más eficaz para regenerar sin necesidad de incrementar la antropización de la costa.
No permitirán que este “macroproyecto” siga adelante
Los colectivos alertan sobre el “impacto irreparable” que podría tener la instalación de infraestructuras submarinas en una zona de fuertes corrientes y batimetría compleja, lo que no solo haría inviable el proyecto, sino que también pondría en riesgo los ecosistemas marinos locales. La biodiversidad de las costas canarias es descrita como frágil, y cualquier intervención, —explican los colectivos— podría tener consecuencias “devastadoras”, especialmente en áreas ya presionadas por la actividad humana. Además, aseguran que el proyecto atraerá miles de turistas adicionales y aumentará el tráfico de embarcaciones en la Zona Especial de Conservación (ZEC), lo que aumentaría la presión sobre la misma. De este modo, aseguran que no permitirán el desarrollo de este “megaproyecto”, tal como lograron frenar el puerto de Fonsalía.
Los firmantes también advierten que la comunidad local se vería afectada por la privatización indirecta del espacio natural de Punta Blanca, “uno de los últimos refugios en la isla donde pescadores, surfistas, familias y amantes del mar pueden disfrutar de la naturaleza sin la presión del turismo masivo”.
Exigen una planificación que priorice la protección del suelo agrícola
En su opinión conjunta explican que, el emplazamiento del parque temático y la limitación de accesos dificultarían el disfrute de un espacio esencial para la identidad y bienestar de los canarios. En un territorio limitado como Tenerife, el consumo descontrolado de suelo, señalan, “pone en riesgo la soberanía alimentaria y el futuro de la isla”, además de generar un “aumento en los costos de vida y vivienda”, lo que promovería la “gentrificación y la expulsión de los residentes locales”.
Uno de los puntos críticos que los colectivos destacan es el posible daño a una de las olas más icónicas de Canarias. Las condiciones naturales únicas de la zona crean esta ola, que representa un gran valor social y deportivo. La instalación de infraestructuras submarinas y un posible embarcadero podrían alterar las corrientes, afectando tanto a los surfistas y deportistas locales como al equilibrio natural del ecosistema costero.
Asimismo, los colectivos denuncian la falta de transparencia del promotor, quien, según afirman, ha empleado “estrategias engañosas para obtener apoyos, omitiendo información clave sobre infraestructuras, impactos ambientales y concesiones marinas”. Se mencionan experiencias previas en Canarias que demuestran los riesgos de proyectos similares, y aseguran que “la sociedad canaria no está dispuesta a ser engañada nuevamente”.
Los ecologistas advierten que permitir este proyecto sentaría un precedente peligroso para la costa de Canarias, abriendo la puerta a más infraestructuras turísticas y “acelerando la destrucción” del litoral. Además, resaltan que promover las islas a través de parques y atracciones artificiales desvía la atención del verdadero valor de Canarias: su riqueza natural y singularidad. En sus palabras: “Este tipo de proyectos, centrados en la artificialidad, nos desvía de la visión de un turismo sostenible que valore y respete el verdadero entorno natural de las islas.”.
En el manifiesto, los colectivos proponen alternativas “reales y sostenibles”, como rutas guiadas de observación, programas de educación ambiental y conservación participativa que respeten el medio natural y beneficien a la comunidad sin comprometer el futuro de la isla. Insisten en la necesidad de apostar por la creación de reservas marinas, ya que estas han demostrado ser una de las vías más efectivas para la regeneración del fondo marino en Canarias, además de fortalecer un modelo de turismo basado en el respeto y la conservación del entorno.
Finalmente, las organizaciones firmantes exigen que Marc García-Durán renuncie inmediatamente al proyecto Underwater Garden y que el Cabildo de Tenerife abandone la promoción de “iniciativas turísticas disfrazadas de sostenibilidad”. También piden políticas públicas que “realmente protejan el medio ambiente y garanticen un desarrollo que respete la identidad y el bienestar de la comunidad canaria”, sentencian.