La persona manifestó haberla adquirido a un tercero que no sabía qué hacer con el espécimen.
Agentes de la Guardia Civil pertenecientes al Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona), procedieron en el marco del Proyecto Life- Guardianes de la Naturaleza, a intervenir una serpiente rey de California (Lampropeltis getulus californiae) a un vecino de Puerto Santiago, en el municipio de Santiago del Teide, que la tenía en su casa como mascota. La incautación se realizó toda vez que esta especie, al igual que el resto de ofidios de la familia de las culebras, está incluida en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras y por tanto, está prohibida su posesión, transporte, tráfico y comercio tanto para Canarias como para varias islas del Archipiélago Balear como Ibiza y Formentera.
El servicio se inició gracias a la colaboración con Agentes de Medio Ambiente del Cabildo Insular de Tenerife quienes, obtuvieron la información inicial al haber aparecido unas imágenes de esta serpiente en las redes sociales, facilitando las mismas al Equipo del Seprona para, terminar localizando al responsable de la tenencia del ofidio, quien aseguró que lo había adquirido de buena fe a un tercero que no sabía qué hacer con el reptil. Esta acción, la mera tenencia de una especie exótica invasora sin autorización administrativa, puede suponer una sanción por infracción grave a la Ley de Patrimonio Natural y Biodiversidad castigada con un multa de 3.001 a 200.000 Euros.
El ejemplar vivo de serpiente Real de California ha sido entregado en la Fundación Neotrópico, centro de rescate autorizado para el depósito de especímenes incluidos en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras.
Estas especies en el caso que se liberen al medio natural, ponen en serio riesgo el equilibrio biológico de los ecosistemas naturales y el coste en aras a evitar su expansión supera centenares de miles de euros a la Administración, liberarla al medio natural supone incurrir en responsabilidad penal, penado por el Código Penal español con prisión de 4 meses a 2 años.
Se da la circunstancia de que esta especie fue introducida en Gran Canaria en el año 1998, habiendo ya invadido varios núcleos de la isla y expandido su área de distribución, contabilizándose por miles, lo que dificulta el equilibro biológico de la isla.
Cabe destacar, que la citada serpiente había puesto dos huevos que se encontraban en el momento de su intervención junto a ella, lo cual aumenta el riesgo de su invasión, ya que el promedio de huevos al año por las hembras de esta especie es de 10.