El Consejo Insular de Aguas (CIATF), en representación del Cabildo, ha destinado 6,5 millones de euros del presupuesto de este año a dos proyectos de saneamiento en los municipios de Güímar y Candelaria, con el objetivo de promover el tratamiento de las aguas residuales.
En primer lugar, la Junta General del CIATF ha acordado invertir 5,4 millones de euros del remanente de tesorería en la construcción y puesta en marcha de la estación de bombeo Los Tarajales, ubicada en el Puertito de Güímar. Esta infraestructura permitirá trasladar las aguas residuales de dicho núcleo a la depuradora comarcal del Valle de Güímar, donde serán regeneradas y reutilizadas.
Por otro lado, se ha aprobado destinar 1,1 millones de euros a la construcción de los colectores generales del litoral del municipio de Candelaria. Estos colectores recogerán y facilitarán la incorporación de las aguas residuales de la zona al sistema de saneamiento y depuración del Valle de Güímar.
El presidente insular en funciones, Pedro Martín, destaca que estas inversiones permitirán poner fin a los vertidos al mar en las costas de Candelaria y el Puertito, al tiempo que se mejora el tratamiento de las aguas residuales para cumplir con las normativas europeas en materia de saneamiento. Asimismo, se busca maximizar el aprovechamiento del agua regenerada para ofrecer agua de calidad, en cantidad suficiente y a precios razonables al sector primario.
Martín agradece la colaboración de los ayuntamientos y señala que el Consejo Insular de Aguas está a la espera de firmar acuerdos de colaboración con los municipios de Güímar y Candelaria para llevar a cabo ambos proyectos. Estas iniciativas serán licitadas y ejecutadas por las propias corporaciones locales.
Por su parte, el consejero del área de Desarrollo Sostenible y Lucha contra el Cambio Climático en funciones, Javier Rodriguez, destaca que el objetivo no es solo depurar, sino también darle una segunda vida a los recursos y avanzar hacia un modelo de desarrollo respetuoso con el medio ambiente.
Rodríguez recalca que, en 2019, la capacidad depuradora de la isla alcanzaba únicamente los 25 hectómetros cúbicos anuales, lo que representaba el 40% del agua residual generada. Sin embargo, se prevé superar los 63 hectómetros cúbicos anuales para 2024, lo que supondrá prácticamente la totalidad del agua residual tratada.