El primer largometraje del director de La Arrancada nos adentra en el mundo que viven madre e hija, que a pesar de haber vivido en etapas distintas comparten una relación muy estrecha.

La historia de La arrancada gira en torno a estas dos mujeres de fuerte carácter. Por un lado, Jenniffer es una joven atleta que compite con la selección de Cuba pero se encuentra en un mar de dudas con respecto a su futuro laboral. Tal como comenta Matias: “es una atleta muy buena, pero no está lo suficientemente motivada y no tiene claro seguir con esa carrera profesional deportiva, y siente la presión de tener que triunfar como deportista”.

Por su parte, Marbelis, que ejerce la figura de madre exigente y carismática en su trabajo, intenta convencer a su hija del orgullo y honor que supone representar a su país como atleta profesional, “aunque intenta empalizar con Jenniffer porque ve no tiene claro qué es lo que quiere hacer en su vida”, afirma Matias.

El documental expresa, casi sin quererlo, la importancia de la figura de la mujer en la familia. Marbelis es la única figura parental de Jenniffer y su hermano, y al mismo tiempo es directora de un centro de fumigación de La Habana. “Marbelis trabaja en un centro donde la mayoría son hombres y ella es la jefa de todos ellos. Pero ella no se habla de feminismo ni del poder de la mujer, porque ella está acostumbrada a esto, y trata de trasladar esa capacidad de liderazgo y carácter a su hija”, aclara el director brasileño.

La arrancada pretende, por lo tanto, que el espectador conecte con una relación intrafamiliar muy estrecha y con problemas, como tienen todas las familias, pero que juntas van superando sus miedos.

Este largometraje participa en el Concurso de Ópera Prima de la XIII Edición del festival de MiradasDoc 2020.