Más de 4.000 personas -según datos de la organización- pudieron disfrutar el pasado domingo 8 de julio de la cita con el pasado.
Como cada año desde hace 18, el núcleo isorano se volcó en trasladar a los asistentes a la mitad del siglo XX. Más de una veintena de casas abrían sus puertas y patios a los numerosos visitantes para compartir con ellos el secreto mejor guardado: el de la tradición.
Quienes recorrieron Chirche, pudieron disfrutar de una tacita de café recién tostado en la Casa de Tía Francisca; del pan recién salido del horno antiguo y convertido en bocadillo en la venta del pueblo, de las lecciones de la maestra en la escuela, o de los rezados y la sabiduría de la curandera.
“Este año se han superado las expectativas de la organización, con más de 4.000 visitantes a lo largo del día”, señaló la concejala de Cultura, Lorena Medina, quien agradeció la implicación y el cariño que cada año ponen los vecinos y vecinas de la Asociación San Felipe Neri de Chirche, auténticos promotores de la cita con las tradiciones. “No sólo es el cuidado de los detalles elaborados ese día, sino el enorme trabajo previo en la preparación de las casas que normalmente están cerradas, así como el entorno del pueblo”. También trasladó su agradecimiento al resto del personal municipal, Policía Local y AEA, “con un trabajo impecable tanto en la organización como en la correcta gestión de las incidencias puntuales, la mayoría relacionadas con las altas temperaturas que tuvimos ayer” añadió la concejala.
A las habituales escenificaciones del tueste de trigo y café, amasado de pan, elaboración de cometas, cestería o calados, se unió como novedad este año una casa dedicada a los usos de la miel y la elaboración de velas de cera. Tras la boda y la procesión, la jornada finalizó con un baile “de los de antes” a cargo del grupo El Cardón.
