El miércoles pasado, el alumnado de 5º y 6º de Primaria de los centros educativos de Chimiche, Los Blanquitos y El Salto participaron en una ruta de senderismo de dos horas y media a pie que partía del barrio de Las Vegas, a unos 650 metros de altitud al sur de Tenerife. El objetivo de la ruta era fomentar el uso sostenible del agua y el cuidado del medio ambiente.

El nombre “Vega” significa llanura fértil e inundable y dio nombre a esta población de la zona alta del municipio por su potencial desde el punto de vista agrícola. Las Vegas fue el primer poblamiento castellano del municipio de Granadilla de Abona, fundado después de la conquista por el poblador Suárez de Quesada junto al duque de Medina Sidonia a principios del siglo XVI. En este lugar se mezcla el paisaje del pinar canario con los canales de agua, hornos de piedra, molinos de agua y casas-cuevas.

La iniciativa fue dirigida por el alcalde José Domingo Regalado; el primer teniente alcalde de Servicios Generales y Medio Ambiente, Marcos González; la edil de Educación, Yanira González; y los concejales de Patrimonio Histórico y Hacienda, Fredi Oramas y Rubén García respectivamente.

También estuvieron acompañados por los representantes de la empresa Aqualia – Entemanser; el director Fran Blanco; el jefe de Producción Rafael Castillo; el jefe de servicio Omar Rodríguez; y la jefa de explotación Dulce Peña.

La Ruta

El grupo, liderado por Jaime Coello, director de la Fundación Telesforo Bravo – Juan Coello, partió desde la ermita Nuestra Señora de la Esperanza y subió hacia el noroeste. La primera parada fue en el depósito de agua potable con una capacidad de 5000 m3.

Un representante de la empresa les explicó que el agua se somete a un riguroso control de calidad antes de distribuirla al pueblo de Las Vegas, cumpliendo con el nuevo Real Decreto 3/2023, de 10 de enero, que fija los criterios técnico-sanitarios de la calidad del agua de consumo, su control y suministro.

El agua fue la protagonista del recorrido. Los 40 estudiantes aprendieron que antes las canalizaciones de agua se hacían con un estero de tea, de madera de pino, que luego se reemplazaron por mampostería, metal y, finalmente, PVC.

También descubrieron la importancia de la vegetación para el agua y cómo el pino canario contribuye a la recarga óptima de los acuíferos, al captar la lluvia horizontal y facilitar la infiltración con sus raíces.

José Domingo Regalado, el alcalde, afirmó que estas iniciativas socioeducativas fuera del aula favorecen un aprendizaje más didáctico que ayuda a que los jóvenes y el alumnado granadillero tomen conciencia de los hábitos de consumo responsable del agua y conozcan todo el proceso que se lleva a cabo en su devolución al medio natural mediante los sistemas de depuración.

Objetivo del recorrido

Castillo, de Entemanser, dijo que impulsan este tipo de iniciativas en los servicios donde trabajan para que tanto mayores como niños sepan todo el trabajo que hay detrás de abrir un grifo tan fácilmente.

Rodríguez, jefe de servicio de la empresa en Granadilla, añadió que “en Granadilla tenemos la ventaja de contar con una estrecha colaboración entre el sector público y el privado que nos permite realizar acciones como esta ruta, que hoy hace justo cuatro años la hicimos por primera vez, pero con alumnos de un IES de Biología.”

Las responsables de uno de los centros educativos se mostraron contentas de que se desarrollaran este tipo de iniciativas y destacaron que “vimos el canal, por donde bajaba mucha agua; aprendimos las diferentes formas de captar el agua en Canarias, desde la desalación del agua de mar en las zonas costeras hasta las captaciones de aguas subterráneas. Una duda era cómo funcionaba el reparto de agua y la importantísima labor de los trabajadores canarios que construyeron en su día las galerías, los pozos y las canalizaciones. Nos ha gustado mucho”.