Un grupo de residentes de la tercera edad en Costa del Silencio ha expresado su descontento con la reciente eliminación de una parada de guagua particular que les permitía acceso directo a la Playa de las Vistas, un lugar que frecuentaban para realizar ejercicios y recrearse.

Por años, según describen los afectados, una guagua estacionaba en la Av. José Antonio Tavio. Tras retornar en la glorieta, esperaba a un grupo de al menos ocho mayores que se beneficiaban de este servicio que les llevaba a la playa, una prestación de la que este núcleo en particular ya no dispone.

La medida, que involucra a áreas del ayuntamiento de Arona como Deportes y Mayores, ha sido particularmente impactante para aquellos con problemas de movilidad.

Los afectados han descrito la eliminación de la parada como una pérdida. “Nos han quitado una parte esencial de nuestro bienestar”, dijo un residente con movilidad reducida. “La playa era nuestro lugar de encuentro, nuestra ventana al mundo. Ahora nos sentimos aislados.”

La controversia surgió en junio de 2024, cuando el servicio de transporte, que anteriormente contaba con dos guaguas en la zona baja de Arona y que beneficiaba al grupo, se redujo a un solo vehículo.

Fuentes cercanas al asunto indican que la decisión de suprimir la ruta hasta la zona interna de Costa del Silencio se tomó debido a que la guagua no podía ingresar hasta la Av. José Antonio Tavio. Sin embargo, los afectados consideran esta razón “ilógica”, ya que anteriormente el servicio sí operaba en esa ruta.

La nueva disposición sugiere que aquellos vecinos y vecinas mayores que deseen seguir acudiendo a la playa dos veces por semana con esta guagua, se dirijan a la TF-652, frente al C.C. Ten Bel, a unos 1,4 kilómetros de distancia, o al núcleo de La Estrella, casi a dos kilómetros de distancia desde donde anteriormente tomaban la guagua. “En coche es cerca, pero ¿cómo llegamos caminando hasta allí?” pregunta el grupo afectado, señalando que el nuevo punto de encuentro es un desafío adicional para ellos.

Además, aparentemente se les ha sugerido que esperen la línea 467 de Titsa para que los traslade hasta los nuevos puntos de encuentro, lo cual consideran injusto. “Para la guagua es más fácil llegar a Costa del Silencio que para nosotros llegar a esos lugares”, aclara una afectada. “De regreso, tendríamos que hacer todos estos malabares para llegar a casa”.

Los usuarios regulares del servicio de guaguas en Costa del Silencio se sienten excluidos y no comprenden la decisión. Exigen a la administración que retome el servicio, argumentando que incluso si solo una persona se inscribe, no debería ser excluida, especialmente cuando siempre han tenido acceso a este transporte.

La situación ha generado un llamado a la administración para que reconsidere la reposición de la parada y garantice el acceso a la playa para los residentes de la tercera edad de Costa del Silencio que no pueden, en su condición de salud, movilizarse a tales puntos de encuentro.